Programas de formación y empleo, de créditos para microemprendimientos o para pagar la conexión a servicios básicos, tarifa social para sectores de bajos recursos o una tarjeta para adquirir alimentos para quienes están por debajo de la línea de pobreza.

En todos los casos, son mujeres las titulares de la mayoría de esos beneficios, que promedian el 68 por ciento entre seis de los de mayor envergadura que gestiona tanto el Ministerio de Desarrollo Social como la Secretaría de Equidad y Empleo de la Provincia.

La Tarjeta Social consiste en un monto de dinero para adquirir alimentos, destinado a quienes no alcanzan con sus ingresos a cubrir la canasta básica alimentaria, y engrosan el universo de indigencia. En este plan, las beneficiarias mujeres representan el 73 por ciento en Capital y el 68 en el interior provincial, según informaron desde el ministerio.

En esa misma línea, el beneficio de la Tarifa Social destinada a la reducción de los costos de servicios como agua potable y energía eléctrica –y que exime a los beneficiarios del pago del Impuesto Inmobiliario provincial– es otorgado a mujeres en el 64 por ciento de los casos.

Déborah Petrakovsky, secretaria de Coordinación y Acción Social, explicó que en programas como la Tarjeta Social se prioriza a las mujeres como titulares de los beneficios. “Suelen ser mejores administradoras del hogar, y, en caso de que hubiera un cupo, priorizamos a las mujeres con hijos”, indicó la funcionaria.

“Hay otros casos, como la Tarifa Social, que se otorga a quien figura como titular del servicio. Y aun así, tenemos un 64 por ciento de mujeres”, apuntó Petrakovsky, para quien “las mujeres motorizan la búsqueda de los beneficios”.

En ese sentido, Laura Jure, secretaria de Equidad y Promoción del Empleo, dijo: “La mujer es el núcleo de referencia de las necesidades del grupo familiar. Es la que termina mediando, encargándose de la organización de la familia, llevándola adelante”.

Los programas de créditos, como el Vida Digna (a tasa cero, para el mejoramiento de la vivienda) o el Mejor Hogar (para las conexiones a servicios básicos o mejoras) también son mayoritariamente destinados a mujeres: el 75,5 por ciento y el 59,5, respectivamente, en Capital y en el interior.

Los créditos para gestionar microemprendimientos que otorga el Banco de la Gente fueron en un 82 por ciento destinados a mujeres, en tanto que el universo femenino representa el 57 por ciento entre quienes acceden a becas de empleo a través del Programa Primer Paso (PPP) y su versión Aprendiz.

Autonomía económica

Para Betiana Cabrera Fasolis, médica y coordinadora de la agrupación MuMaLa Córdoba, esto se explica por una multiplicidad de factores, como la cantidad de mujeres jefas de hogar, las dificultades de acceso al mercado laboral formal, sumado a una crisis de la masculinidad hegemónica que ubica a las mujeres en lugares de mayor empoderamiento.

“Las mujeres, más cuando tenemos la posibilidad de mantener a los hijos, aceptamos todo tipo de estrategia de subsistencia, aunque sea flexibilizada o informal”, apuntó. “Cuando hay menor acceso a la educación, a la capacitación y al empleo formal, todo suma, porque la premisa es que ‘tenemos que poder’”, describió Cabrera Fasolis.

“Para empoderarse, la autonomía económica es fundamental, y muchas veces los microemprendimientos son la salida para lograrla y compatibilizar con el cuidado de los hijos. El asunto es que esos emprendimientos suelen estar muy vinculados a los trabajos feminizados, como los emprendimientos textiles, gastronómicos, de limpieza o de cuidado”, señaló.

Y se preguntó cuánto mejor podrían solventarse las mujeres si pudieran acceder a oficios como el de gasista, plomero o instalador de aires acondicionados. “Sería muy interesante traspasar los estereotipos de género en lo laboral, porque los masculinos suelen ser más reconocidos y mejor remunerados”, consideró.

“Pero esto también tiene que ver con una crisis de la masculinidad hegemónica, una crisis del modelo que hemos construido según el cual el hombre es el proveedor, el jefe de hogar”, agregó.

También hay planes sólo para ellas

En el universo de programas, hay algunos destinados exclusivamente a mujeres, como el Por Mi (destinado a mujeres jefas de hogar desempleadas), el de Protección de la Embarazada y su Bebé y el Cuarto Mes de Licencia por Maternidad (para mujeres trabajadoras del sector privado), el Córdoba Tierra de Mujeres Productoras, el Hoy Empiezo por Mí. Entre ellos, totalizan más de 37 mil mujeres beneficiadas con estos programas.

Fuente: La Voz del Interior