Graciela pensó para Marcello, su hijo varón que cumplía 11 años, un festejo diferente al que normalmente hacen los demás chicos de la familia: aire libre, una pelota de fútbol, la canchita de césped sintético, gaseosas y panchos. “No le va eso, por eso decidimos hacerlo en un salón, con música y ambientado de otra manera”, comentó la mamá.

La mancha en todas sus variedades, las escondidas, el huevo podrido, entre otros juegos de antaño, quedaron en la historia. Años atrás aparecieron los peloteros y los castillos inflables, pero estos también ya parecen estar demodé, pese a que son los preferidos de los más chiquitos.

Pero los salones debieron aggionarse a los nuevos chicos que demandan otras cosas y que las escondidas forman parte del anecdotario de sus padres o sus hermanos más grandes: “Los chicos se fueron poniendo exigentes y a mucho no les alcanza con el castillo o los videojuegos”, aseguró Carlos, del salón de fiestas infantiles Tu Lugar, ubicado en bulevar Sáenz Peña esquina Lavalle. Según agregó “uno tiene que ir renovándose; tengo clientela fija que todos los años festeja el cumpleaños y a uno se le exige tener cosas nuevas, para que no sea rutinario”.

Será por eso que los preadolescentes, de entre 9 y 12 años, prefieren experimentar por ejemplo con una mini discoteca, con karaoke y hasta una mini barra que ofrece copas de tragos hechos con jugos naturales: “Tenemos dos salones diferenciados porque el preadolescente ya no quiere un castillo inflable o un pelotero. Es una edad difícil y tratamos de llamarles la atención. Entonces hacemos una mini disco con karaoke, porque les gusta mucho cantar. Además de los videojuegos, las mesas de ping pong, el metegol y la cancha de futbol que tenemos”, indicó Carlos.

Pero ojo que también hay salas especiales con libros de cuentos y musicales: “Tratamos también de fomentar el hábito de la lectura en los más chicos, algo que se pide mucho en las escuelas”, finalizó el comerciante.

Muy utilizados

En San Francisco existen alrededor de diez salones que ofrecen festejos de cumpleaños, bautismos, comuniones, y según pudo conocer este medio por fuentes consultadas  “todos trabajan bien” ya que tienen entre 20 y 40 festejos al mes.

Además del salón con sus diferentes alternativas para las distintas edades, estos lugares ofrecen libremente comida como el tradicional copetín, los panchos y las gaseosas.

Los servicios tienen un costo promedio que va de los 800 pesos hasta los 2000, según los valores que se manejan en el mercado y lo que se elija.

Ahorro

El auge de los salones infantiles se debe a un par de factores: el escaso tiempo que tienen de los padres para organizar una fiesta casera, pero además la posibilidad de ponerle al festejo un horario de inicio y otro de cierre. El ahorro no pasa tanto por lo económico.

Adriana, una mamá habitué de estos salones infantiles ya que tiene dos hijos pequeños, señala que ahorro pasa por otro lado: “De esta forma no tengo que esperar hasta cierta hora que alguien se vaya de casa o que el papá venga a buscar a su hijo. Además por el trabajo me costaría mucho organizar algo en casa y así también zafo de lavar vasos, fuentes y otras cosas”, dijo la mamá entre risas.