En un país donde el culto a la amistad es objeto de veneración, el Día del Amigo se ha convertido en un festejo inmaculado. Todos buscan juntarse para celebrar tan noble sentimiento, ya sea en restaurantes, bares o casas particulares. El Periódico compartió las reuniones y las charlas previas al día del amigo con dos grupos, que entre risas y comidas compartieron sus historias.

Una amistad que une a las familias

Una barra de 15 amigos, a veces más a veces menos, se reúnen todas las semanas y sin quererlo celebran el vínculo que los unió en la vida. “Es nuestra peña”, comentan algunos, mientras el resto habla distendidamente, vinos y cervezas de por medio, en una larga mesa de La Parrilla.  

Allí dispuestos se encuentran Raúl, Guillermo, Julio, Mariano, Néstor, Cristian, Fabián, Hernán, Cristián “Cusa”, Darío, y “Chiqui”, aunque hubo algunos que no pudieron estar como Hugo, Fabio, Carlos y Martín.

Raúl se transforma en el portavoz de “la barra” y explica: “Este es un grupo muy heterogéneo, que reúne amigos conocidos desde la infancia, de la secundaria, de la vida y algunos desde hace poco”.

Las edades de los muchachos son variadas (desde los 32 a 55 años) como distintas las profesiones. Pero el rasgo característico de estos amigos es que su amistad trascendió el grupo y ha unido a las familias de cada uno. Tal es así que todos los años organizan viajes que llegan a reunir a más de 45 personas.  

“Nosotros como amigos hemos integrado a nuestras mujeres, se hizo una gran comunión entre todos y las familias ya se hicieron amigas. Y desde hace tres años organizamos algún viajecito. En noviembre del año pasado nos juntamos 45 personas en el dique Los Molinos y este año creo que vamos a ser más”, comenta Raúl.

Entre charla y charla surge alguna anécdota que Raúl trae a colación: “Este años ocho nos juntamos y decidimos ir a escalar el cerro Champaquí. Hacía años que ninguno realizaba actividad física así que un mes nos pusimos a prepararnos un poquito y nos fuimos después del 25 de mayo. Empezamos a escalar y eran las 17 y no habíamos llegado al refugio y algunos ya veíamos la posibilidad de tirar la bengala para que nos rescaten”, recuerda sonriendo. “Pero pudimos llegar y fue una satisfacción muy grande, costó bastante pero lo logramos. Al regreso tuvimos todos los lesionados, y unos cuantos que habían quedado acá que dejaron el pagaré para que nos fueran a buscar en el helicóptero”, (risas).

La cena sigue y las charlas van y vienen como los platos y las copas. No lo dicen, pero juntos celebran la amistad en cada carcajada.

Amigas de profesión

Alejandra (40 años), Raquel V. (40), Raquel P. (46), y Lorena (32), son nutricionistas y gracias a la profesión se hicieron grandes amigas desde hace 12 años. Las primeras tres fueron compañeras de carrera mientras que Lorena, la más joven, fue alumna de Alejandra y, por esas cosas de la vida, docente y alumna terminaron forjando una gran amistad.

Cada una tiene su familia o pareja, pero toda fecha importante, cumpleaños, bautismo, son buenas para reunirse, disfrutar de un buen plato y charlar, charlar y charlar. Ellas mismas reconocen que son habladoras y que nunca terminan de discutir un tema sin pasar a otro y así sucesivamente.

En esta ocasión especial, las chicas se reunieron no sólo para celebrar el Día del Amigo, sino también el nacimiento de Bautista (hijo de Lorena) y el cumpleaños de Raquel.

“Hacía algún tiempo que no nos juntábamos, pero siempre lo hacemos”, comenta Alejandra, que fue la presentadora del grupo. “Siempre tenemos una excusa para juntarnos a comer y charlar”, reconocen todas.

Y mientras conversan con nuestro medio, las anécdotas y las risas  invaden la sala en casa de Lorena. Un festejo de la amistad que se extenderá hasta altas horas de la noche.  

Por qué se celebra el 20 de julio

La Argentina también ha sabido exportar festejos, más precisamente el que celebra El Día del Amigo, creado por el profesor de psicología, músico y odontólogo Enrique Ernesto Febbraro quien, con la idea de conectarse con el resto del mundo, el 20 de julio de 1969 envió más de 1000 cartas a personas que vivían en diferentes países.

La respuesta no tardó en llegar: unas 700 personas le respondieron su misiva y, enseguida, quedó instaurado el 20 del julio como Día Internacional del Amigo.

La elección de la fecha no fue al azar: ese día, el hombre pisó por primera vez el suelo lunar, lo que fue interpretado por Febbraro como un signo inequívoco de unidad.