La mujer, que había denunciado a su pareja por violento, obtuvo un botón antipánico de parte de la Justicia, quien catalogó su caso como grave. A los diez minutos, sin preverlo, el hombre la buscó y la encontró en su lugar de trabajo, un domicilio particular donde la víctima cuidaba a una mujer mayor. Su pareja fue hasta allí, tumbó el portón de la casa, golpeó a su mujer embarazada y además al hijo de la dueña de la vivienda. Luego huyó y hasta el momento no fue detenido.

En San Francisco la violencia familiar va en aumento. Ya son siete los botones antipánico otorgados a víctimas, tres más que al cierre del 2014, según explicaron desde la Departamental San Justo. Cabe recordar, que la Policía asigna este dispositivo a mujeres a las que la Justicia decide otorgárselos por la situación de riesgo en que se encuentran, cuando las órdenes de restricción para impedir a sus parejas acercarse a ellas resultan una medida escasa para asegurarles seguridad.

La mitad de los casos en tribunales

La fiscal del Cuarto Turno, Leonor Failla explicó a El Periódico que casi la mitad de los conflictos sociales que se judicializan en los tribunales de nuestra ciudad tienen que ver con casos de violencia familiar. Se trata de conflictos conyugales o problemas familiares que no llegan a ser resueltos en la intimidad del seno familiar y que requieren de la intervención de la Justicia.

Al ser consultada sobre si ese porcentaje es llamativo, la fiscal explicó que siempre existieron casos de este tipo, aunque antes no se los medía. Además indicó que muchas veces luego de una denuncia las parejas piden levantarlas, aunque ya es tarde: “Cuando se judicializa el caso es muy serio porque no lo podemos dejar sin efecto y tarde o temprano llega un juicio y se lo puede condenar al agresor”.

Números

El Juzgado de Niños, Juventud y Violencia Familiar, a cargo María Ester Martínez, realizó en 2013, 1246 medidas cautelares, comprendiendo exclusión del hogar, impedimento de contacto (restricción de acercamiento), régimen de visitas, entre otros.

Desde esa área confirman que ese número tuvo un aumento durante el año 2014, aunque no pudieron precisar cuánto debido a que la estadística aún no está lista. El incremento, justificaron, se debe a que las víctimas se animan a denunciar más pero además existe mayor conocimiento de las leyes de parte de su parte.

Martínez valoró el equipo de trabajo de esta área, conformado psicólogos y trabajadores sociales, e informó que las medidas no son inmediatas a las denuncias sino que existe todo un análisis previo.

Asesoramiento

En la Asistencia Pública (calle Colón 163) funciona la Unidad de Asistencia Integral en Violencia Familiar, cuyo referente a Rodrigo Beccaría. A esta área llegan casos derivados tanto de tribunales como del hospital. Además las víctimas y familiares pueden pedir asesoramiento allí: “Lo que hacemos es asesorar a la víctima, darle contención. Además se les brinda herramientas para tener en cuenta y evitar todo tipo de riesgos. La idea es que la víctima visualice la violencia”, manifestó a El Periódico.

Beccaría aseguró que los casos que llegan a su área son todos de riesgo: “La violencia no sabés que final puede tener y va siempre en escalada”, agregó.