Alguna vez fue la Difunta Correa quien supo tener su lugar en las rutas (lo sigue teniendo en menor medida) y San Expedito, quien sobre la avenida Maipú también tiene su pequeño altar. Pero el Gauchito Gil parece haberle ganado en popularidad actualmente a ambos ya que se convirtió en la figura religiosa de moda.

Su fundamento histórico está en la persona del gaucho Antonio Mamerto Gil Núñez, de quien se sabe poco con certeza. Nació en Pay Ubre, cerca de Mercedes, en la provincia de Corrientes, alrededor de 1840 y fue asesinado el 8 de enero de 1878 a unos 8 km de Mercedes.

“Definitivamente es una moda. Lo que no podemos prever es los alcances que esa moda va a tener. Ya hay artistas plásticos que se coparon con representarlo, hay películas, hay una novela que lo tiene como protagonista. Ya entró en la cultura”, aseguró la periodista Gabriela Saidon, quien presentó en el año 2011 su libro “Santos ruteros”.

A la vera de estos caminos se pueden observar sus santuarios junto a trapos rojos encimados, con su figura, botellas y velas encendidas. Suelen ser dispuestos por camioneros que recorren el país.

Tres versiones

Según la gran enciclopedia online “Wikipedia” existen tres versiones sobre la historia de este gaucho. La más difundida es que Antonio Gil tuvo un romance con una viuda adinerada, lo que le hizo ganar el odio de los hermanos de la viuda y del jefe de la Policía local, quien había cortejado a esa misma mujer.

Dado el peligro, Gil dejó el área y se alistó para pelear en la Guerra de la Triple Alianza (1864-1870) contra Paraguay. Luego de regresar, fue reclutado por el Partido Autonomista para pelear en la guerra civil correntina contra el opositor Partido Liberal, pero desertó. Dado que la deserción era delito, fue capturado, colgado de su pie en un árbol de espinillo, y muerto por un corte en la garganta. Gil le dijo a su verdugo que debería rezar en nombre de Gil por la vida de su hijo, quien estaba muy enfermo; el verdugo así lo hizo y su hijo sanó milagrosamente.

Él le dio al cuerpo de Gil un entierro apropiado, y las personas que se enteraron del milagro construyeron un santuario, que creció hasta hoy.

San Expedito, a la par 

Es un Santo que atiende los casos urgentes, en este mismo momento; los casos que, de producirse una demora, habría un gran perjuicio.