Si bien desde el municipio negaron que estén evaluando la apertura de la Plaza Cívica y así unir los dos lados de la avenida del Libertador, para muchos vecinos la plaza ya se encuentra habilitada al tránsito de motos, principalmente, y bicicletas. Y esto porque no son pocas las personas en motos que a diario utilizan el Centro Cívico para acortar camino y pasar desde el bulevar 9 de Julio a 25 de Mayo, y viceversa.

No es algo nuevo, pero el aumento en la cantidad de motocicletas hace cada vez más transitadas las dos “calles” utilizadas para cruzar el Centro Cívico: la que conecta Libertador Sur y Norte, y Rivadavia con Alberdi.

Desde el lado del bulevar 9 de Julio el cruce es cada vez más frecuente en la esquina de ese bulevar con calle Rivadavia, donde hay una rampa para personas con discapacidad y que conecta con Alberdi, del lado de 25 de Mayo. Esto es aprovechado por quienes van en moto, que en lugar de dar la vuelta por el pasaje Lisando de la Torre, directamente cruzan la plaza bordeando los árboles y canteros, y luego pueden seguir por Alberdi o bien por 25 de Mayo.

También es muy utilizado el cruce “central” por el medio de la plaza, principalmente desde avenida del Libertador Sur hacia la parte Norte. Incluso, quienes quieran seguir por 25 de Mayo ni siquiera tienen que esperar el semáforo, ya que una de las rampas está ubicada más adelante.

Otros, además, cruzan para dejar las motos en la plaza. En definitiva, un lugar peatonal donde a diario circulan cientos de personas, se transforma así en una calle para las motos y donde los controles son inexistentes.

La Plaza Cívica ya es "calle" para las motos

Problema para las familias

El tema toma otro color los fines de semana, con muchas familias que acuden a la plaza a pasar la tarde y donde los niños, como es de esperar, disfrutan el amplio espacio para jugar, correr o patinar. Y en el medio, las motos.

Carolina, una vecina de nuestra ciudad, contó que el pasado fin de semana acudió a la Cívica con su esposo y sus hijas, de 2 y 6 años. Pero que fue tanta la cantidad de motos que cruzaron durante la tarde que decidieron irse ante el peligro de que sus hijas, que corrían por el lugar, fueran atropelladas.

“Estábamos sentados en el pie del mástil, como tantas veces que fuimos. Las motos subían cruzando la plaza, incluso algunas a toda velocidad porque muchos jóvenes lo hacen como diversión. Otras suben para estacionar, pero no deja de ser peligroso”, indicó Carolina.

“Una familia estaba sentada en el borde de la fuente con una bebé y subió una moto que le pasó tan cerquita que el papá le gritó al chico que manejaba, que ni perdón le dijo. Mis nenas andaban en bici y monopatín, nos tuvimos que ir porque si no las tenía que tener sentadas al lado mío, y no era la idea”, agregó.

Piruetas en bici

La mujer también aseguró que no es la primera vez que deciden irse de la plaza, ya que otras veces se juntan chicos para practicar destrezas en bicicleta y que se vuelve inseguro para los más chicos. “Mi nena va a patinar y tiene que desistir porque la llevan por delante los 20 chicos que van a hacer piruetas en bici. El fin de semana uno de ellos hacía piruetas pegado al gusano y casi engancha la rueda en el asiento donde iban dos nenitos”, añadió.