En el día en que Argentina recuerda a los héroes caídos y a los veteranos de la Guerra de las Malvinas, hay una mujer cuyo nombre es un tributo vivo a la historia y el sacrificio de aquellos que lucharon por la soberanía de las islas. 

Malvina Soledad Caligaris (41) lleva consigo el peso de la memoria colectiva en su identidad, un recordatorio constante de la importancia de honrar el legado de aquellos que dieron su vida por la Patria. Sus nombres demuestran un compromiso inquebrantable con la causa nacional. En este día de reflexión, Malvina cuenta su historia mientras los argentinos recordamos el legado de aquellos que sacrificaron todo por nuestra tierra.

Hoy vive en San Francisco, pero Malvina nació el 10 de abril de 1982 en Colonia San Bartolomé, un pequeño pueblo ubicado a unos 17 kilómetros de La Francia. “En ese entonces cuando mi mamá va a dar a luz ya tenía mi nombre, el cual después de haber nacido se escribió en la libreta de nacimiento. Pero al instante la esposa del doctor le pregunta, por los acontecimientos que se estaban sucediendo, por qué no me ponían el nombre de las Islas Malvinas y Soledad”, contó.

Seguidamente, agregó: “Se estaba en plena guerra, y había un joven de pueblo que estaba representándolo, que era Juan Bassano, hoy ciudadano de San Francisco. Mi mamá accede, supongo que inmediatamente, porque ahí nomás borraron la libreta de de nacimiento. Hoy dice Malvina Soledad. Así es que me cambiaron el nombre”.

Bassano hoy también vive en San Francisco y es un activo integrante del Centro de Veteranos de la Guerra de Malvinas, quién fue entrevistado varias veces y cuya historia también fue reflejada por El Periódico.

La elección, sin dudas, la marcó: “Siempre sentí orgullo. Me encanta mi nombre. Nunca pedí que me llamaran con otro nombre. Me gusta mucho, creo que despertó en mí una devoción por la historia de estos héroes”.

Malvina, que contó que como cada año al levantarse se encontró con el saludo de su mamá, también mencionó que cuando nació no había otra Malvina en el pueblo. “No es un nombre común, hoy lo es más, pero en la época en la que iba, por ejemplo, a la primaria, era un imán a los chistes, a los sobrenombres. Malvinas Argentinas me decían, pero siempre lo llevé con mucho orgullo”, recordó.

Para cerrar, contó una anécdota que la pone muy feliz. “Con el paso de los años me vine a vivir a San Francisco y en una oportunidad, en un negocio que abrí, vino este hombre como cliente, este soldado, este joven que había ido a la guerra a representar su pueblo y que tiene su gran historia, Juan Bassano. Me preguntó por mis papás, me contó quién era y la verdad es que yo siempre sentí una admiración muy grande por todos, pero sobre todo por Juan, porque sé que en honor a él me llamo como me llamo. Así que para mí este día es muy importante".

“Estoy muy dichosa y muy orgullosa del nombre que llevo”, concluyó.