El presidente del Episcopado argentino, José María Arancedo, brindó ayer en el Arzobispado de Santa Fe una conferencia de prensa en el que explicó el duro comunicado emitido la semana pasada en contra del narcotráfico, y señaló que la Iglesia tiene el poder de la palabra, pero no el político para hacer frente a este flagelo.

“La Iglesia siempre va a hablar, pero muchas veces suena como una voz en el desierto. Recuerdo tantos Papas, tratando de parar una guerra, que luego se hizo. Por eso no vamos a dejar de hablar. Me acuerdo que hasta Juan Pablo envió emisarios a Estados Unidos e Irak para parar la guerra, que siguió”, aseguró.

“Uno sabe que tiene el poder de la palabra y busca la buena voluntad y la conciencia de las personas, pero nuestro poder no es político, es uno moral, de convencimiento. Eso dependerá también de cómo se lo asuma”, agregó Arancedo.