Por Oscar Romero
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La vida tiene estas cosas, en ocasiones quita más de lo que da. Quizás eso puede pensar Ramón González, el hombre que perdió sus dos brazos en un terrible accidente laboral y que, justo seis meses después, recibe su primera prótesis para tratar de rehacer sus actividades diarias. Se trata de un moderno antebrazo mioeléctricode origen alemán que, con mucho esfuerzo, está comenzando a manejar.

“Justamente el 11 de abril, cuando se cumplían seis meses del accidentefui a Buenos Aires donde me colocaron la prótesis del brazo derecho que en un futuro me va a ayudar bastante”, cuenta Ramón a El Periódico. “Se trata de una prótesis que funciona a través de una batería y sensores que hace que pueda mover el antebrazo y la mano. Así imita el movimiento del brazo, aunque está a años luz de un brazo humano”, explica con una sonrisa.

Ramón está en pleno proceso de entrenamiento para aprender a manejar este cuerpo extraño, asegura que no es nada sencillo pero se esperanza en los beneficios que le traerá. “Tenía mucha ansiedad por tener la prótesis, se sienteextraño porque no es tuyo. Es una mezcla de sensaciones, son buenas al poder ver que por lo menos me voy a poder manejar un poco solo, todo depende de mí. Estoy contento, creo que se ha dado un gran paso y estoy un poco ansioso para el día que la pueda manejar bien y así colocarme la próxima”, asegura.

Aceptación

Para González y su familia los primeros meses posteriores al accidente fueron durísimos en lo emocional, sin embargo sorprende aún su entereza y su optimismo. “Al principio no le encontraba salida a la situación, más allá de que uno le pone todo el esfuerzo y la voluntad hubo momentos que fueron difíciles”, reconoce.

En esas primeras semanas luego del hecho, tuvo que ser intervenido quirúrgicamente por un problema en uno de sus tendones, lo que le ocasionó contratiempos al momento de la rehabilitación. “Gracias a Dios creo que lo más duro ya pasó”, sostiene.

Ahora con su prótesis Ramón puede tomar objetos y mirar hacia el futuro con esperanza, aunque sabe que no será fácil. “Intento comer solo con cuchillos especiales que he conseguido. Esto me va a ayudar para valerme por mí mismo,así que estoy tratando de encontrarle la vuelta”.

Día del trabajador sin trabajo

Ramón vive su primer Día del Trabajador sin actividad y eso le pesa en la consciencia. Aunque no pierde la fe en que con sus dos prótesis puede desarrollar algunas tareas en su hogar. “Se extraña el trabajo, porque es algo que hice siempre, era parte importante de mi vida. Uno se siente útil trabajando. Espero que en el futuro me pueda desenvolver mejor con la otra prótesis y no pierdo la esperanza de poder hacer algunos trabajitos en mi casa”, se entusiasma.

El accidente

Sucedió en la mañana del 11 de octubre de 2013, cuando Ramón se encontraba puliendo la matriz de un martillo neumático en la Forja Zenón Pereyra del Parque Industrial. La máquina imprevistamente se accionó y descargó toda su fuerza sobre las extremidades el operario. El trabajador sufrió la amputación de sus dos brazos. Llevaba casi 28 años trabajando como matricero en dicha firma.

Prótesis mioeléctricas

El control mioeléctrico se basa en el concepto de que siempre que un músculo del cuerpo se contrae o se flexiona, se produce una pequeña señal eléctrica que es creada por la interacción química en el cuerpo. El uso de sensores entran en contacto con la superficie de la piel permite registrar la señal, que es amplificada y procesada después por un controlador que conmuta los motores encendiéndolos y apagándolos en la mano, la muñeca o el codo para producir movimiento y funcionalidad.