José Luis Notta fue bombero voluntario durante 25 años y se retiró siendo oficial ayudante e instructor. Hoy es uno de los despachadores en la guardia: “Siempre dije que trabajaba de lo que me gustaba, porque al ser bombero y cuartelero, estaba todo el día acá”, comentó. Cuando se generó la escuela regional de bomberos, fue director durante dos períodos, tarea que dejó cuando pasó al servicio auxiliar.  

Tuvo la posibilidad de capacitarse en Chile y Hudson (EE.UU), gracias a su trabajo dentro del departamento Fuego del Centro de capacitación de la provincia de Córdoba. “Estoy orgulloso de que los chicos que venían trabajando conmigo, hoy sean instructores y están siguiendo el tema. Yo integraba el Departamento fuego de la provincia de Córdoba y hoy Ariel Ronconi, ocupa mi lugar”, expresó.

“La docencia me gusta mucho. Cada cual tiene su método. Dentro de las capacitaciones están delimitados los temas pero, de ahí en adelante vos lo podés dar como quieras”, contó.

José, ingresó en el área técnica, dentro del departamento sala de máquinas, donde realizaba la investigación sobre equipos, diseño para montajes de elementos. Luego quedo como encargado de dicho Departamento, dirigiendo las áreas de equipamiento, parque automotor y comunicación.

En relación a su paso a servicio auxiliar declaró que: “Nunca quise dejar la institución. Cuando tuve que decidir pasarme, pensé ¿cómo llevo esto adelante? Porque todas mis horas libres estaba acá adentro”.

Ganar y perder

Nació en Carrilobo, un pueblo a 25 kilómetros al oeste de Pozo del Molle. Su papá siempre trabajó en el campo por lo que se mudaban con frecuencia. Permaneció en Pozo del Molle hasta los 17 años, luego se mudó a San Francisco para trabajar en la construcción.

“Me puse de novio acá y de ahí, ya no me fui más. Hace 35 años que estoy casado con Susana y tengo tres hijos: Verónica, Diego y Gonzalo, y cuatro nietos”, comentó.

Además de la construcción, trabajó como zapatero, fue metalúrgico y tiene su emprendimiento de aberturas llamado Aberturas Victoria.

José sostuvo que al ser bombero ganó y perdió muchas cosas, como momentos en familia y con sus hijos por priorizar su vocación. Sin embargo agregó que su familia nunca le reprochó nada, siempre lo apoyó. Para finalizar, nos cuenta que de cada uno de sus jefes pudo incorporar aspectos positivos que le sirvieron para realizarse como persona.