Una lluvia persistente caía al despuntar el lunes en el norte de Bolonia, el día después del movimiento telúrico, considerado el más fuerte que ha sacudido la región en cientos de años.

Una torre majestuosa que tenía un reloj se desplomó al igual que otras construcciones de siglos de antigüedad.

Las autoridades de protección civil instalaron campamentos con tiendas de campaña en canchas de fútbol para albergar a unas 3.000 personas que tenían miedo de regresar a sus casas o que no podían hacerlo.

Donatella Gadda pasó la noche en su auto. Dijo que estaba temerosa de dormir en su casa, aun cuando las autoridades de protección civil dijeron que el inmueble era seguro. (Agencias).