Inquilinos de San Francisco se manifestaron con suma preocupación porque el mes de agosto llegó con actualizaciones del 46% en los contratos de alquileres. Este porcentaje habilitado para incrementar se debe a la suba establecida por ley a partir de la aplicación del Índice de Contratos de Locación (ICL).

Esta suba se suma a los incrementos constantes de servicios, alimentos y otras prestaciones que tienen que afrontar los argentinos mes a mes.

“Estamos muy preocupados porque cada día se hace más difícil el poder sostenerse. Así como aumenta todo, están subiendo de una manera muy exponencial los precios de los alquileres y los inquilinos estamos sufriendo muchísimo”, indicó el integrante de Inquilinos San Francisco, Gastón Fúnes a El Periódico Radio 97.1 (Lunes a viernes de 17 a 19).

“El problema es que casi nadie está respetando el porcentaje de aumento. El mes pasado fue de un 40% el tope máximo para aumentarse, y en algunos casos llegaron al 80%”, reclamó.

Mientras que el principal pedido por parte de Inquilinos San Francisco pasa por un organismo de control que regule los aumentos para evitar abusos. “Este mes el aumento ronda el 40% pero algunos inquilinos ya nos dijeron que el contrato supera el 60% de incremento, pero no tenemos donde reclamar porque no hay un ente que lo regule”, sostuvo Funes.

El indicador de la nueva Ley de Alquileres es publicado diariamente por el Banco Central (BCRA) y agosto será el segundo mes en el que se ajustará mediante este mecanismo introducido por la modificación de la ley de alquileres, sancionada en junio del 2020. Esta fórmula combina la inflación (de acuerdo con el Índice de Precios al Consumidor) y los salarios, de acuerdo con el sueldo promedio de trabajadores estables (Ripte). Según este índice, el incremento de agosto -segundo mes de aplicación- se ubica en torno al 46%, una cifra que resulta inferior al 50,2% de inflación que hasta mitad de año midió el organismo público.

Además el integrante de Inquilinos San Francisco manifestó que la ciudad es una de las localidades más caras con respecto a los valores de alquileres.