Preocupación, desamparo, bronca, angustia, indignación y desilusión son algunas de las sensaciones que sienten un grupo de personas que hace unos meses firmaron un contrato con la empresa Viviendas Imperio, para que les construyan una casa prefabricada.

Los vecinos señalan supuestas irregularidades en la construcción de las viviendas y falta de incumplimiento en lo pautado cuando cerraron el acuerdo.

En agosto de 2011, EL PERIÓDICO contó la historia de Damián Lamayer, que denunció que nunca le terminaron de construir su casa y su caso terminó en la Justicia. Una nueva investigación periodística detectó otros casos y las personas aceptaron relatar el “calvario” que están pasando para lograr el sueño de tener un techo propio.

Una de las perjudicadas es Gabriela Mana, que luchó contra viento y marea para que la empresa le terminara la estructura de su casa en el barrio La Milka.

La mujer contó que estaba desesperada porque se le habían vencido los tiempos y quedaba en la calle con sus dos hijas. Esa necesidad hizo que ingresara a la vivienda a pesar de las irregularidades que tenía la construcción.

Al recorrer el inmueble se ven los detalles y errores. En la parte exterior, los ensambles entre el techo y los tabiques de las paredes no están terminados y ahora la humedad está entrando por esos huecos y arruinando las maderas. También las chapas del techo se fueron levantando porque no están bien sujetas. “Un vecino me dijo que me va a ayudar a clavar una chapa del frente porque un viento fuerte me puede levantar el techo”, dijo preocupada.

En el interior las cosas no son distintas. Hay puertas ciegas que no se pueden abrir porque no dan las dimensiones del pasillo. En el baño son múltiples los problemas, empezando por la falta de uno de los tabiques que permite ver el revestimiento de ladrillo que lleva por afuera. También tuvo que colocar una puerta corrediza porque el espacio es más amplio de lo convencional y la ventana no está calzada y se abre al revés. “En los otros ambientes nos faltan los pisos y se están hinchando las maderas que recubren con los techos”, afirmó Mana.

Frente a estas irregularidades, la mujer realizó una presentación ante un abogado y solicitó que se anule el contrato por incumplimiento. Ella había entregado una parte del dinero para comenzar la construcción y tenía acordado luego un plan de pago de 48 cuotas.

Más casos

A pocas cuadra de la propiedad de Mana, una pareja de recién casados suplica que le terminen su casa, que está ubicada en el patio trasero de la vivienda de uno de sus padres.

Los jóvenes –quienes pidieron resguardar sus nombres y apellidos- indicaron que están vencidos los tiempos estipulados en el contrato. “No estamos en la calle gracias al apoyo de mis padres que nos dejan quedarnos con ellos”, afirmó la chica.

Ellos tienen un gran porcentaje de la vivienda terminada, pero faltan las aberturas y el revestimiento exterior. “Todo eso está contemplado y nos viven poniendo diferentes excusas. Llamamos casi todos los días y siempre nos dan vueltas”, dijo el muchacho. Y agregó: “El revestimiento es fundamental porque las paredes son de durlock y se humedecen si quedan sin protección. Uno de los tabiques se hinchó por las lluvias de la semana pasada”.

Otra familia de una localidad de la región contó que pasaron los tres meses desde que firmaron el contrato y todavía no tienen su casa levantada como dicen en la publicidad que sale por un diario local. Una integrante de la familia indicó que llevan entregados 50 mil pesos y hasta ahora tienen solamente una plataforma en su terreno.

En un barrio del sector norte, otra vecina también tuvo problemas con la construcción. Según pudo determinar esta investigación, la propietaria se quejó por la mala calidad de los materiales y filtraciones en los techos.

Sin respuesta

EL PERIÓDICO intentó hablar con los responsables de la empresa para conocer su posición, pero no obtuvo ninguna respuesta. La empresa tiene una oficina que funciona en una galería céntrica de esta ciudad y a pesar de los reiterados requerimientos ante estas versiones indicaron que no podían brindar información.