El candidato socialista François Hollande se impuso ayer en la primera vuelta de las elecciones francesas al actual presidente, el conservador Nicolas Sarkozy, quien se enfrenta ahora a la ardua tarea de remontar en la ronda definitiva del 6 de mayo, fecha designada para el preanunciado balotaje.

Escrutados el 98 por ciento de los sufragios, los resultados parciales oficiales otorgaban el 28,59 por ciento a Hollande y el 27,09 a Sarkozy. En tercer lugar, con una excelente cosecha de sufragios que la situaban en este aspecto por encima incluso de su padre y fundador del Frente Nacional, se ubicó la ultraderechista Marine Le Pen, con 18,06 por ciento de sufragios.

Más atrás, se ubicaron el izquierdista Jean-Luc Mélenchon, quien en el cuarto puesto lograba 11,11 por ciento de los sufragios y quedaba con menos apoyos que los esperados, y el centrista Francois Bayrou, del Movimiento Democrático (MoDem), quinto con algo más del ocho por ciento.

Cinco años después de su llegada al Palacio del Elíseo, Sarkozy se convirtió ayer en el primer mandatario en funciones que pierde una primera vuelta de las presidenciales durante la V República francesa y encara ahora el reto “más difícil todavía”.

Un reto que afronta desde una perspectiva bien distinta Hollande, quien a poco de conocerse su victoria se presentó públicamente como “el candidato de los que quieren pasar página” y el artífice de “la unión por el cambio”.

También dijo que sabe que en el resto del continente se lo mira y que se esperan de él decisiones para “reorientar a Europa sobre el camino del crecimiento y del empleo”.

Sarkozy, por su parte, dijo comprender “los temores” de sus compatriotas y les pidió apoyo para la segunda vuelta.

“Conozco los deberes”, agregó el presidente, quien mencionó entre esos “temores” que citó el “respeto de las fronteras, el control de la inmigración y la preservación del modo de vida” de los franceses, que dijo que se ha convertido en la “cuestión central” de esta elección

Por su parte, Marine, la hija de Jean Marie Le Pen, se mostró exultante y dijo que la batalla por Francia “no ha hecho más que empezar”, aunque no precisó cuándo enviará una consigna a sus votantes para que opten o no por apoyar a Sarkozy en la decisiva segunda ronda.