María Eugenia Merlini (51) fue tal vez la primera mujer en ingresar a otro de los tantos rubros dominados por los hombres: Disc jockey en boliches y eventos, aquellos que manejan la música y alegran la fiesta.

Cuando arrancó su carrera, casi 20 años atrás, era realmente complicado entrar a esta profesión, y mucho más en esta región, todo lo contrario a lo que hoy ocurre.

Pero en su vida no solo presentó batalla solo para ingresar al mundo de la noche, también tuvo que soportar el mayor dolor que una madre puede padecer: la muerte de un hijo. En este caso la pérdida de Alfonsina Bordese (23), quien falleció a causa de un siniestro vial en 2018.

No obstante, tras un largo tiempo de lucha junto a su pareja, el reconocido DJ Javier Alfonso, y su hija menor Paulina (22), logró salir adelante, tal como “Alfon” –reconoce- lo hubiese querido.

“La música fue sin dudas mi terapia para poder salir de un pozo en el que no encontraba salida”, destacó Eugenia en diálogo con El Periódico.

Es DJ, perdió a su hija y se aferró a la música como una terapia: “Estaría orgullosa porque sigo en lo que amo”

“No importa qué te pase, la vida sigue para el resto. El día que la vuelva a ver no quiero que ella me diga, ‘mamá no viviste’. Y quiero que mi hija más chica diga que su madre es un ejemplo de que se puede seguir a pesar de cualquier cosa”, reflexionó.

La primera en las consolas

María Eugenia destaca con orgullo que fue la primera DJ de San Francisco. “Ahora hay muchas chicas que hacen tecno y electro. La diferencia es que yo hago cualquier tipo de fiesta porque la viví bastante con música disco, y tengo la posibilidad de pasar música desde una fiesta de 15 a una fiesta retro hasta una fiesta de 50”, indicó.

En este sentido agradeció que en estos tiempos haya otras mujeres que se animan a las consolas y que le dan espacio. “Gracias a Dios ahora hay otras chicas que se animan a meterse en una cabina de un boliche. No es un lugar fácil de acceder, no tenemos todos la misma posibilidad”, dijo.

“DJ no se hace, se es. La música te acompaña todo el día, no solo el viernes y sábado cuando pasamos música”, explicó.

Los primeros años

Sus inicios fueron en el boliche Atlantis de la mano de un DJ amigo que le dio la posibilidad de pasar algunos temas.

“Todo comenzó cuando le cuento a un DJ de la ciudad que me hubiese gustado hacer su trabajo y él me dijo que me tire unos temas en Atlantis. Al principio le dije que no, pero después le di para adelante. Era por un par de temas y terminé en un par de horas”, recuerda entre risas Merlini.

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Luego fue su esposo el que la fue llevando por esa apasionante profesión. “Siempre me gustó la idea de preparar una noche, qué música pasaría y en qué momento de la noche. Siempre que iba al boliche lo primero que miraba es donde está la cabina del DJ”, sostuvo.

“Al principio me preocupaba cómo lo iban a tomar las mujeres que iban al boliche y veían a una mujer en la cabina. Buscaba la aprobación porque iba a ser el actor más difícil, pero gracias a Dios hoy la mirada de más apoyo es la femenina”, indicó.

Una interrupción dolorosa

La carrera de Eugenia tuvo una interrupción a partir de una tragedia que impactó en lo más profundo de la familia. Su hija Alfonsina falleció en un accidente mientras manejaba su motocicleta por avenida Rosario de Santa Fe al 1100, tras perder el control y caer violentamente al piso.

Como era de esperarse, la mujer entró en un cuadro depresivo y realmente creyó que nunca volvería a trabajar en la noche, donde se vive un clima festivo.

“Nunca me imaginé volver. Tengo muchos amigos en el ambiente y uno le dijo a mi esposo que me tenía que subir en la cabina a como dé lugar. Tenés que meterla rápido a que piense en música porque va a ser la manera que pueda sobrellevar la situación”, explicó.

Eugenia junto a sus hijas.
Eugenia junto a sus hijas.

María Eugenia contó que decidió ir a un boliche de la localidad de La Para, invitada por un colega: “Yo le dije que creía que iba a llorar. Pero en ese boliche tienen una cabina bastante separada y me dijeron que si tenía que llorar que lo haga. Y así volví”.

Por tal motivo, destacó que no pensaba que la música la iba a sacar delante de la forma en que lo hizo. “Tampoco creí que iba a volver a disfrutar de la cabina de la forma en que lo hago. Creo que disfruto el doble, porque lo hago por ella que no está, por mí y por mi hija que sí está”, dijo.

También aclaró que sabe que para mucha gente le puede resultar chocante verla. “Dicen mirá se le murió una hija y está de joda. Pero yo no estoy de joda, este es mi trabajo y me gusta mucho lo que hago y pongo el corazón”, contó.

La familia es la clave

María Eugenia remarcó que además de la música, su familia fue fundamental para poder seguir con la vida.

“La música fue mi terapia para salir. Aunque hay noches que veo una cabecita rubia que es parecida a la de mi hija y me moviliza, pero trato de seguir”, dijo agregando: “Agradezco a la música y los amigos que me ayudaron a salir adelante. En especial a mi compañero Javi y mi hija Paulina”.

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“Ella siempre me acompaña (Por Alfonsina). Cada noche que salimos a tocar le pido que nos cuidad y que la pasemos bien y gracias a Dios por ahora se viene dando. Yo siempre llevo una foto de ella conmigo. Y tengo cábalas que me acompaña siempre con anillos de ellas o algún reloj de ella”, sostuvo María Eugenia Merlini.