Benedicto, procedente de México, pisó suelo cuabano minutos antes de las 14.30 (16.30 en Argentina) y fue recibido al pie de la escalerilla del avión por el mandatario y cuatro niños a quien el papa bendijo, para luego ser saludado por una guardia de honor y salvas de cañones en el aerouerto Antonio Maceo, donde lo esperaba una multitud de fieles y autoridades gubernamentales y eclesiásticas.

"Estoy convencido que Cuba está mirando el mañana para renovar y ensanchar sus horizontes", tarea en la que contribuirán "esos valores que han caracterizado al pueblo cubano", refirió el pontífice al final de su discurso, en el que resaltó la veneración que la sociedad de la isla tiene por su patrona la Virgen de la Caridad del Cobre, cuyo santuario será visitado por Joseph Ratzinger durante su visita de Estado de tres días.

Castro expresó "en nombre de la Nación" la cálida bienvenida a Benedicto, de quien destacó "su influencia con sus ideas" en las cuestiones que asolan al mundo, como la crisis global, la corrupción, el desequilibrio en la distribución de los recursos y la falta de democracia.

El presidente se abocó de entrada a enumerar las dificultades del pueblo cubano como consecuencia del embargo económico de más de medio siglo impuesto por Estados Unidos, país al que describió como "la potencia que ha intentado despojarnos infructuosamente de la paz y la justicia".

El papa se alojará en el poblado de El Cobre, este martes celebrará una eucaristía privada en la capilla de la Casa de Retiro y Convivencias, y poco después subirá como peregrino hasta el Santuario de la Virgen de la Caridad del Cobre, donde será recibido por el monseñor Dionisio García, arzobispo de esta ciudad y presidente de la Conferencia de Obispos Católicos de Cuba, y el monseñor Jorge Palma, capellán de ese recinto.