En la actualidad cuesta creer que la libreta del fiado siga vigente en los almacenes de barrio. Pero, los efectos de los aumentos de precios y las dificultades de muchos para llegar a fin de mes provocan que su utilización siga en regla. Asimismo, existe un aumento de los que compran fiado y dejan al almacenero “pagando”.

“Alguna vez una mujer me pidió por favor que le vuelva a fiar”, cuenta Daniel, quien tiene una proveeduría sobre calle Alberdi, en barrio Roca, mientras recuerda una clienta que no le había saldado una deuda.

Al comerciante le sobra honestidad. Mientras aconseja a un cliente que el precio de la banana está por las nubes y no le conviene llevarla, le aclara a El Periódico que desde que tiene almacén trabaja con la confianza de la gente: “Tengo varias libretas llenas ya”, dice señalando un estante.

Luego reconoce: “El que no me paga va a tener un problema, pero con él mismo; yo sigo trabajando con la frente alta y el que me debe no va a venir más o va pasar caminando por el frente con la cabeza gacha”.

Deudores

Un par de meses atrás, el Centro de Almaceneros de Córdoba informó que creció un 8 por ciento -comparando este año con el 2012- la incobrabilidad en las despensas y autoservicios. El relevamiento, que incluyó 80 bocas en Córdoba capital y 30 del interior, se refirió a personas que llevaron mercadería fiada y no pagaron en los 60 días posteriores.

Conservar la clientela

Pese a todo, los almaceneros siguen fiando. Raúl, quien tiene una despensa en barrio Catedral, reconoce que muchas veces lo dejaron “pagando”, sin embargo no declinó en su costumbre de fiar: “Es nuestra forma de trabajar desde hace años y una manera de conservar la clientela”.

El comerciante recuerda cuando en 2001 explotó económicamente el país: “En esa época la gente llevaba de más pero te entregaba la misma plata y te quedaba debiendo; si pasamos esa etapa por qué no seguir”, se pregunta.

Según los almaceneros, lo que más lleva la gente fiado son alimentos básicos, como arroz, polenta, fideos, verduras y, a lo sumo, alguna gaseosa.

Competencia

Unos cinco súper chinos, un híper gigante y varios supermercados ponen en jaque a los pequeños comerciantes. Además las tarjetas de crédito suelen ofrecer buenas promociones.

Será por eso que en cada mostrador hay una libreta y una lapicera, una herramienta sin fecha de vencimiento para hacerle frente a la alta competencia.