El Día del Padre, después del duelo
Carlos Bustamante se prepara para volver a vivir un Día del Padre especial. Tras la pérdida de tres hijos, el domingo su familia será el refugio para poder celebrar su día a pesar del dolor.
Carlos Bustamante es papá de Natalia (30), Iván (35), Celeste (18) y Lucas (23), pero también de Marcos, Pablo y una pequeña, a quienes por distintas circunstancias de la vida perdió antes de tiempo.
A pesar de ello, y de haber tenido momentos de mucha tristeza y desaliento, pudo salir adelante y trabaja para que otros chicos puedan tener una vida plena y feliz.
Amante del fútbol, les inculcó a sus hijos su pasión. Años después, el fútbol sería el que le daría un motivo para salir adelante y seguir viviendo a pesar del dolor.
Tres golpes duros
Bustamante y su mujer, con quien se conoce desde la escuela y tiene siete hijos, sufrieron duros embates a lo largo de sus vidas. El primero llegaría en 1981 cuando perdieron a una niña a días de nacer.
Años después, en 2004, el destino haría que perdieran a Marcos, cuando el adolescente apenas tenía 12 años y ya se destacaba en el Baby Fútbol.
Como si fuera poco, en 2012 Pablo, en ese entonces de 35 años, se quitaría la vida, dejando a la familia con un dolor en el pecho y un espacio imposible de llenar.
Un largo camino
La pérdida de Marcos, su segundo hijo, fue un golpe bajo que lo dejó abatido. “De noche no dormía, tomaba medicación, perdí trabajos, me estaba volviendo loco. Pero siempre tenía una compañera y una familia, que a pesar de todo lo que pasaba seguían firmes. Yo por ahí me caía, me levantaba y me volvía a caer. Pasó un tiempo y la vida volvió a golpearnos. Hace unos años falleció mi hijo más grande, y fue otra vez volver a empezar”, contó Carlos, que recalcó que con su partida Pablo dejó a su cuidado y de su nuera a cuatro nietos.
“Lo de Marcos fue inesperado, porque él tenía un propósito. Atajaba en Don Orione, era un niño que trajimos del campo a un club de Baby. Su ilusión, su alegría. Vivíamos en el campo, en Plaza San Francisco. De donde vivíamos él se venía en bicicleta a la escuela, del colegio se venía a Don Orione que estaba atrás del Cottolengo y ahí comenzó. Pero a los 12 años ocurrió lo inesperado. Falleció en un accidente de tránsito”, lo recordó su papá.
Y agregó: “Su idea era ir a jugar a Colón de Santa Fe. Él le había dicho a la mamá que su idea era dejarle una casa y un auto para que lo fuéramos ver”.
El fútbol, un paliativo
Si bien siempre de alguna manera u otra estuvo ligado al fútbol, fue hace apenas unos años en que pudo convertir su dolor en enseñanza para otros niños y adolescentes.
Así fue como llegó a Deportivo Las Malvinas, invitado por un amigo. “Me buscó (Eduardo) Broglia. Con todo lo que me había pasado no quería saber nada. Empecé a estar con él, empecé a ver los chicos, me gusta mucho”, rememoró, aunque aclaró que este año se abrió momentáneamente del proyecto para tomarse un descanso.
El club nació en 2015, con chicos de la categoría 2003 de Infantil Xeneize que habían terminado su etapa de Baby, en uno de los baldíos del viejo ferrocarril por avenida Las Malvinas. Y de a poco, pero con mucho entusiasmo y la incorporación de Bustamante, fue creciendo hasta conformar un equipo para participar de Liga Juvenil de Fútbol.
“Son hijos, este año no estoy con ellos pero pienso en cómo están, en qué hacen”, reveló Carlos.
Ayudar a otros
A partir de lo que vivió, hoy Carlos forma parte de la Fundación Laura Cristina Ambrosio Battistel y colabora en la campaña “Estrellas Amarillas” que busca contribuir a la concientizacion vial.
El hombre recordó que los integrantes de la agrupación lo ayudaron en sus momentos más difíciles y recordó algunas de las personas que fuera de la asociación también se le acercaron para acompañarlo y darle consejos acerca de cómo seguir hacia adelante.
Además, frecuentemente es invitado por instituciones para dar charlas contando su dura experiencia de vida así como también se suma al grupo de padres que a veces colabora con la realización de los controles de alcoholemia a la salida de los boliches de la ciudad.
Por iniciativa propia, también, aconseja a jóvenes sobre seguridad vial. “Por ahí encuentro un joven, le pregunto por qué hace ‘willy’ con la moto. Les hablás amablemente y empiezan a insultarte. Mi esposa me dice que no les diga nada”, dijo lamentándose pero aclarando que seguirá haciéndolo. “No saben el dolor que es”, aseguró.
Día del Padre
Sin dudas, el Día del Padre es una fecha muy fuerte para Carlos, su mujer, y sus hijos. Sin embargo, planean pasar el domingo juntos y unidos.
“Somos muy familieros, de charlar, mirar tele, de jugar un partido de pelota”, contó Carlos.
Aunque reconoció tristemente: “Espero a la mañana a que él venga, porque lo estoy esperando, y ni él ni Pablo van a venir más”.
“Pero mi fe en Dios es que algún día llegue a estar con ellos”, concluyó con la fortaleza con la que vive cada día.
Dios, otra ayuda
Bustamante y su mujer son muy creyentes y en Dios encontraron un alivio a tanto dolor. “Amo mucho a Dios, muchas veces me preguntan cómo hice para sobrellevar todo lo que me pasó, la pérdida de tres hijos”, explicó, y destacó que ser creyente le dio motivos para seguir viviendo.