El costo de amar en tiempos de crisis
Un relevamiento realizado por El Periódico confirma lo que muchos ya saben: tener sexo cuesta cada vez más caro. Subieron los preservativos, las pastillas anticonceptivas, el Viagra y los turnos en los moteles de la zona
- ¿Alguno me puede alquilar una pieza de su casa por hora? -. Así lanzó la pregunta un amigo en una de nuestras últimas reuniones. Nos miramos entre todos y estalló la risa generalizada, no hizo falta preguntarle qué pasaba.
-Es que con el precio del “telo”, los “forros”, las pastillas de mi novia y la nafta para ir hasta allá, me sale un presupuesto. Así el amor sale caro-, agregó como para explicarse.
Pero la situación, sin vueltas y sincera, no deja de reflejar nada más que la realidad. La inflación en la cotidianeidad de la vida diaria también se siente y se mete bajo las sábanas.
Mi amigo -al que prefiero guardar su identidad por razones de seguridad hacia mi persona- tiene 27 años, su novia 25 y se encuentran -cómo decirlo- en plena etapa lujuriosa de apenas unos meses de novios, con la piel encendida de deseo. Si bien ambos trabajan, por ahora el motel es la única opción que tienen para sus encuentros.
Pero no solo ocurre en este rubro, sino que los productos y servicios vinculados al sexo vienen en franco aumento y desde hace tiempo.
Subas en todos los rubros
Se estima que en Argentina se comercializan, anualmente, unos 150 millones de preservativos. Sin embargo, en 2018, la venta de estos productos sufrió una caída de siete puntos, según un informe publicado en La Voz del Interior. Esto quiere decir que se han dejado de vender y, sobre todo, de usar más de 10 millones de unidades.
Estos datos fueron confirmados a El Periódico por el Colegio de Farmacéuticos de San Francisco, que a su vez presentó un relevamiento sobre los distintos aumentos de precios que sufrieron los productos vinculados al acto sexual. En algunos casos, ciertas marcas de pastillas anticonceptivas sufrieron una suba de un 100 por ciento con relación a 2018.
Según datos de la entidad, de mayo a noviembre de 2018, la caja de preservativos de tres unidades duplicó su costo, mientras que desde aquel mes hasta la actualidad padecieron un incremento de entre el 5 al 10 por ciento. De esta manera, los mal llamados “forros” tienen un precio de entre 65 a 100 pesos, dependiendo la marca y el canal de venta (farmacias, quioscos, supermercados).
Anticonceptivos orales
Las pastillas anticonceptivas fueron otros de los productos que sufrieron fuertes aumentos que van desde el 30 al 90% anual-según datos recabados entre junio de 2018 al mismo mes de 2019-.
Yasmin es una de las marcas más comercializadas y aumentó de $380 a $579 (un aumento del 50%). Mientras que la denominada Divina sufrió una suba de $388 a $633 (un 70% más caras), solo por nombrar dos casos.
El costo como limitante
El jefe del servicio de Ginecología del Hospital Iturraspe, Saúl Kohan Boc, se refirió al aumento de dichos medicamentos como “una limitante a la accesibilidad a la salud pública”.
Según su experiencia en consultorio las pacientes se están restringiendo a lo que llegan a cubrir las obras sociales, que no son los anticonceptivos de última generación. “En lugar de poder elegir dentro de todo el vademécum se restringen a lo que cubre la obra social, que es cada vez menor. Lo cual, por un lado está yendo contra la libertad de elección del usuario de la salud. Pero por otro lado hay mucha gente que se está quedando afuera del sistema de seguro social y no conoce mucho cómo acceder al sistema público”, graficó.
“Entonces-continúo el médico- nos encontramos con mujeres que han pasado tiempo sin protección y así, sin un método como alternativa que sirva de barrera, surgen las complicaciones, como los embarazos no deseados”.
Por otro lado, Kohan expresó que en el sistema público existe disponibilidad de métodos anticonceptivos, pero no con una variedad de posibilidades con la que contaba hace unos años. “Por ahí tenemos que ir indicando de acuerdo a las partidas que van llegando, o debemos complementarnos con lo que contamos entre municipio y provincia. La situación está más precaria”, analizó.
No paran de subir
La escena sucedió en una farmacia local. Un hombre de unos 60 años comenzó a hablarle en voz baja al vendedor. En determinado momento tuvo una breve queja, pero terminó comprando el producto. Lo que ocurrió fue que el hombre había comprado dos pastillas de Viagra (Sidelnafil)-famosa por tratar la disfunción eréctil- y se quejó por el aumento.
Y es que, aunque parezca broma, este tipo de pastillas no paran de subir sus precios. En un año aumentaron un 90 por ciento-de $89 a $169 cada dos pastillas-. Otra marca más económica pero que tuvo un incremento similar fue la Volst, que se consigue en el mercado farmacéutico a $132,60.
El drama con este tipo de drogas y que lleva preocupación al Colegio de Farmacéuticos local es que dichas pastillas pueden comprarse libremente en kioscos y hasta en algunos supermercados sin ningún tipo de prescripción médica. En reiteradas ocasiones los miembros de la entidad solicitaron controles municipales al respecto, no solo por la venta de estas pastillas sino también por otros tipos de medicamentos que se venden sin supervisión municipal y cuya venta sin receta están prohibidas por ley.
Baja de clientes y aumentos de tarifas en moteles
Otro de los rubros que sintió el cimbronazo de la economía fue el de los moteles. Por la época del año y por la crisis, la gente prefiere ahorrar en los encuentros sexuales o directamente practicarlos en otro lado, menos cómodos y en tiempo breve.
Ezequiel Maretto, dueño del motel "Le Privé", uno de los más antiguos de la zona, reconoció que la crisis también llegó al sector. “La gente se mide mucho más, este es un servicio que muchas veces representa darse un gusto distinto. En este rubro dependen los días y los meses. Mayo ha sido un mes muy difícil”, sostuvo ante la consulta de El Periódico.
“Como todos sufrimos los tarifazos en la luz, el agua, el gas-añadió Maretto-, tenemos muchos gastos fijos en ese sentido y no nos queda otra que ir aumentando el precio de las habitaciones porque si no vamos a pérdida”.
En Le Privé, el precio de las habitaciones ronda entre los $380 y $1000, con una ocupación que varía de las tres horas de lunes a jueves y dos de viernes a domingo.
Otros moteles de la ciudad de Frontera manejan una tarifa de $400 por dos horas y media de placer en sus habitaciones.
Una curiosidad
Los moteles circundantes ofrecen a modo de servicio dos preservativos gratuitos que provee el Estado. Mientras tanto, en Le Privé se comercializan dos marcas de este producto. En este sentido, Maretto reflejó una curiosidad que le atribuye al efecto crisis: “En el motel se venden dos reconocidas marcas de profilácticos, pero algo que nos llama la atención es que, últimamente, muchos clientes están optando por comprar por unidad, cosa que antes no ocurría”.