“Lo re banco a Vinicuis, yo tenía 6 años y `las mamis´ me gritaban cualquier cantidad de barbaridades. Ahora muchos/as tiene poca memoria, pero yo me acuerdo de sus caras y sus dichos. Pero siempre tuve a mami gritando del otro lado del alambrado y eso era lo único que me importaba. Tenía 6 años, que gente de mierda”. Esa fue la publicación en sus redes de Ramón Cortez, o “Monchito”, como lo conoce toda la ciudad y región. Hoy justamente es un artista reconocido, popular, respetado por su talento y de los más valorados. Sin embargo, su historia no siempre fue así.

Cuando era solo un niño también se destacaba jugando al fútbol. Y en ese contexto, dentro de la cancha y afuera también, era blanco de discriminación y racismo.

Este triste recuerdo se le desbloqueó a “Monchito” por el caso del jugador brasileño Vinicius Junior, delantero del Real Madrid que fue víctima de cánticos e insultos xenófobos el pasado fin de semana cuando su equipo enfrentaba al Valencia.

Luego del acoso por parte de un grupo de ultras, el futbolista reaccionó, le aplicó un golpe a Hugo Duro y se fue expulsado. Camino a los vestuarios le realizó gestos a las tribunas, desde donde siguieron hostigándolo. El hecho provocó la denuncia del delantero brasileño, quien recibió el respaldo de gran parte del planeta de la pelota y hasta se oscureció el Cristo Redentor en Río de Janeiro como protesta.

“No pude evitar sentirme un poco identificado, la gente cree que puede sacar ventaja intentando desconcertar al jugador sin medir las consecuencias de sus palabras, y no es una son muchas que repiten las conductas y es lo que sus hijos ven. A menudo los chicos repetían lo mismo que los padres dentro y fuera de la cancha”, recordó Cortez en diálogo con El Periódico.

-Hoy sos un artista reconocido y respetado, pero cuando eras chico sufriste discriminación. ¿Qué recordás?

Sí, hoy la gente y muchos de los que antes me discriminaron me tratan de manera diferente como si la dignidad de la persona dependiera de como se ve a través de su trabajo. Hasta los 18 años muchos me decían, ah vos sos al que tu mamá te gritaba y te enojabas. Nada más lejano, me gustaba saber que ella estaba ahí viéndome a mí y alentándome, en lugar que denigrando a los otros chicos.

-¿Qué le dirías a los que discriminan?

Les diría que no es bueno hablar así de los demás, la vida no gira en torno a una cancha. Llegamos a casa y somos hijos, amigos, hermanos, vamos a la escuela. Qué tan contento podes sentirte de ganar cuando destruís la moral de un niño, qué le estás enseñando a tu hijo.

-Sabés que hay muchos chicos que les pasa los mismo ¿Qué le dirías?

Sé que muchísimos chicos lo viven y va haber siempre. La historia se repite en tanto no asumamos que estamos equivocados y corregir desde la casa esas actitudes. Yo lo que les aconsejo es que escuchen siempre las cosas buenas y confíen en ellos mismos, el éxito es la suma de muchos fracasos y estos forman parte de un proceso duro y largo pero siempre da buenos frutos.

-¿En tu caso, cómo lo superaste?

Yo lo supere porque siempre tuve un objetivo que se vio alimentado por las palabras de mi vieja, ella quería que sea feliz, dentro de una cancha o pintando y mi personalidad se vio fortalecida en la negatividad de la gente. Poder convertir tanta indiferencia en un motor para demostrar que no es así y que generalmente el problema lo tiene uno y no el otro.

-¿Con la publicación que hiciste, te escribió gente arrepentida?

Antes sí, ahora me los cruzo y dan vueltas para decirlo pero se hacen entender. Yo no juzgo a nadie, el hecho que ellos hoy se den cuenta de lo que hicieron ya es mucho. También me escribieron muchos chicos que la están pasando mal, mayormente de Frontera, no solo en el ámbito del fútbol si no también escolar, en las estudiantinas, por ejemplo.

Siguen las repercusiones por los actos de racismo contra Vinicius en Valencia