El sector agropecuario inició en la medianoche un paro nacional por siete días en protesta por la falta de respuesta oficial a un conjunto de problemas de larga data que afectan la rentabilidad y competitividad del campo, aunque no habrá cortes de rutas.

La medida fue anunciada en conferencia de prensa por los dirigentes de las cuatro principales entidades gremiales agropecuarias que conforman la Mesa de Enlace. Hugo Biolcati (Sociedad Rural), Rubén Ferrero (Confederaciones Rurales Argentinas, CRA), Eduardo Buzzi (Federación Agraria Argentina, FAA) y Carlos Garetto (Coninagro), explicaron que habrá un cese de comercialización de granos, carnes a faena y productos agropecuarios no perecederos desde hoy hasta el martes próximo inclusive.

Garantizaron que la protesta no producirá desabastecimiento, y dijeron que tampoco tendría que implicar una suba de precios de los productos involucrados.

Hugo Biolcati afirmó que “la idea es no desabastecer en absoluto; los tiempos (de la protesta) están calculados para no desabastecer, hemos tenido especial cuidado”.

Un extenso documento fundamentó la protesta. En él se plantea que “la situación que atraviesa el sector es grave”, se critica la política sectorial del Gobierno que “determina una bruta concentración económica” y se califica como “pésima” a la intervención del secretario de Comercio, Guillermo Moreno, en los mercados de granos y en cadenas de comercialización de todos los rubros. Esos factores se agravan por la sequía de este año que llevó a la pérdida de 20 millones de toneladas de granos entre maíz y soja y por la decisión de varias provincias, en particular la de Buenos Aires, de aumentar impuestos.

“El Gobierno no dio soluciones ni volvió a citar a ningún espacio de diálogo”, lamentó la Mesa de Enlace, pese a que gestionaron reiteradas veces audiencias con el ministro de Agricultura, Norberto Yauhar.

Los dirigentes también se refirieron al impacto negativo en el sector de las restricciones sobre el dólar, dado que los ruralistas venden su producción a un dólar de 2,80 pesos (valor oficial menos retenciones) pero pagan muchos de sus insumos a 5,80 ó 6 pesos, es decir cercano al costo del dólar paralelo.