nuevo delito virtual se está difundiendo por WhatsApp, y los especialistas consideran que si bien no consisten en sí mismos en actos delictivos, son "la puerta" para otros como obtener información privada para realizar secuestros telefónicos o premios falsos. En otras palabras, es un anzuelo.

Con un mensaje tan habitual o carente de sospecha como "Hola" o "Agendá mi nuevo número", los delincuentes se valen  de la credulidad del receptor para extraerle datos fundamentales para idear la estafa, como el nombre e incluso el domicilio. En principio, pensá que nadie mandaría desde un teléfono nuevo un mensaje para que lo agenden sin decir quién es.

Pero además, el consejo es no contestar por ninguna razón este tipo de mensajes genéricos si el contacto es desconocido y bloquearlo. Para más datos, hay más posibilidades de que se trate de este tipo de engaño si el número comienza con el prefijo 0261, característica de Mendoza. Esos tres números serían la clave para saber que se trata de estafadores convictos.

Estafadores

"Estamos ante estafadores. Lo primero que decimos desde la Policía, es que no respondan. Casi siempre son mensajes o llamados que realizan desde las cárceles presos, quienes tienen cómplices afuera. Son estafas virtuales", explica el comisario inspector Reynaldo Farías, jefe del Departamento de Delitos Económicos de la Policía de Córdoba en una entrevista publicada en Clarín.

Una vez con la información, el accionar puede ser seguir dos caminos: en uno, los estafadores llaman y aseguran tener cautivo a un familiar. Aunque esté bien armada (en algunos casos se oye de fondo a alguien llorar y pedir auxilio), se trata de un secuestro virtual. Llegado ese caso, hay que mantener la calma y buscar datos que corroboren la identidad (y el bienestar del familiar) y colgar.

Este mismo tipo de delito suele completarse con un llamado al familiar en cuestión, en el que se solamente dicen "el cambio de línea ha sido realizado, por favor apague su teléfono durante una hora para hacelo efectivo", o algo así, y generalmente cuelgan. De ninguna manera hay que apagar el celular, porque los delincuentes necesitan eso para que, cuando quien está siendo víctima de la extorsión llame para ver si está todo bien, el supuesto secuestrado no atienda y aumente la intranquilidad.

"En el otro caso, llaman a la víctima por su nombre, y le dicen que ganó un premio: puede ser desde un televisor hasta una camioneta. Y que el 'afortunado' debe depositar plata para gastos administrativos. Por eso, siempre advertimos a la gente que no debe responder esos SMS ni hablar cuando se dan estos tipos de llamados. Son la puerta de una estafa", concluyen los especialistas.

Fuente: La Voz del Interior.