Dar soluciones a diversas necesidades o problemáticas a través del desarrollo de productos es uno de los objetivos que tiene por delante el diseñador industrial, quien gracias al vínculo permanente con la sociedad puede intervenir y generar proyectos que beneficien de alguna u otra manera a cada persona.

Tal es caso del docente de la carrera que el Instituto de Ciencias Básicas y Aplicadas dicta en San Francisco, Sebastián Dovis, quien junto a su equipo de trabajo colaboró aportando desde el Diseño industrial al desarrollo de un neuroestimulador. Se trata de una herramienta que estimula zonas del cerebro específicas, favoreciendo la atención y la concentración de las personas.


¿Qué tareas tuvieron que desarrollar ustedes?


– El equipo de Dovis&Federico fue convocado por Ottaa Project para diseñar un dispositivo neuroestimulador en un proyecto que combina neurociencia y tecnología. Una particularidad de este dispositivo es que su efectividad depende en gran medida de que se coloque de manera correcta porque tiene que estimular puntos específicos del cerebro. Por eso nuestro rol como diseñadores fue importante para poner el foco en la usabilidad y la ergonomía del producto. Llevamos adelante las tareas de análisis, ideación, prototipado y testeo para diseñar un dispositivo que pudiera ser comprendido y utilizado de manera intuitiva, minimizando errores de uso y que su configuración permitiera adaptarse ergonómicamente a las diferentes personas usuarias. Para nuestro equipo fue un proyecto muy motivador donde pudimos explotar nuestras capacidades y aprender mucho trabajando con personas expertas de áreas diversas.


¿Qué significa este avance para el paciente, cómo repercute en su día a día?


– Este dispositivo funciona estimulando de manera no invasiva ciertas zonas del cerebro para mejorar la atención y la concentración de las personas en sus actividades laborales, educativas y recreativas. En lo que respecta a nuestra intervención, aplicar criterios de usabilidad permitió asegurar no solo la eficiencia y eficacia del producto, sino también que el producto tenga una estética acorde a las demandas de las personas usuarias.


¿Cómo fue el trabajo conjunto con otras disciplinas?


– El trabajo interdisciplinario es lo que más disfrutamos de nuestra labor, porque siempre estamos aprendiendo cosas nuevas. Para desarrollar proyectos tan innovadores y complejos como este, es fundamental contar con el asesoramiento y la mirada de personas expertas. Por eso, nuestro equipo trabajó de manera colaborativa con profesionales de diferentes áreas que nos acompañaron durante todas las etapas del proceso de diseño del neuroestimulador.


¿En qué consiste el proceso creativo para desarrollar un producto de estas características?


– El proceso creativo incluyó varias etapas que tuvieron como punto de partida la observación, las entrevistas y el análisis en conjunto con profesionales, para entender desde el comienzo los requisitos y los ejes del proyecto.
En las etapas de ideación usamos técnicas de creatividad para empezar a conceptualizar ideas posibles y evaluarlas. En estas etapas trabajamos con bocetos y modelados 3D virtuales, acompañados de prototipos funcionales de bajo costo, para empezar a visualizar la idea en el espacio y cómo se relacionaría con el cuerpo.
Fuimos avanzando en el proceso y las ideas se fueron puliendo, combinando y testeando, en conjunto con profesionales, hasta llegar a la propuesta que hoy podemos ver y que es el resultado de un verdadero trabajo interdisciplinario, una síntesis creativa de conocimientos y sensibilidades diversas.


¿Por qué es importante el rol del diseñador en el trabajo con empresas y otras disciplinas?


– Cuando la complejidad de un proyecto implica considerar aspectos como los productivos, logísticos, legales, ambientales, científicos, tecnológicos, de uso y funcionamiento entre otros, el rol del equipo de diseño se convierte en nexo entre esa complejidad de saberes.
La gran diferencia que hace la participación del diseño se distingue cuando la interpretación de esas variables se realiza poniendo a las personas usuarias en el centro de las decisiones, permitiendo que el resultado, o sea el producto, no solo cumpla con requisitos de manera equilibrada, sino también que brinda una experiencia al usuario integrada, lo que contribuye al éxito comercial del producto.


¿Cuáles creen que son las principales capacidades y competencias que tiene que tener un diseñador industrial?


– La creatividad, la curiosidad y conocimiento tecnológico son características fundamentales para diseñar, pero es importante que vayan de la mano de la capacidad de escuchar a las personas y observar los contextos, también de poder trabajar de manera colaborativa con personas expertas, profesionales y usuarias.

Docente de Diseño Industrial del CRES colaboró en el desarrollo de un neuroestimulador