Hagamos este ejercicio. Imaginemos un tigre de largos colmillos, como si fuesen sables, buscando alguna presa en la zona donde hoy se encuentra el Aeroclub. O que estamos cargando nafta o comiendo alguna tira de costilla en la estación de servicio YPF cercana, con su parrillada, y aparece caminando un gliptodonte cuyo caparazón era grande como un Fiat 600 y tenía una cola tipo tubo con púas.

Hay evidencia científica de que estas dos especies junto a otras como el neosclerocalyptus (género extinto de gliptodóntido), el scelidodon y el lestodon (géneros extintos de perezosos gigantes), el toxodon (mamífero similar al hipopótamo), la macrauquenia (camélico), más tortugas, osos y caballitos prehistóricos habitaron las tierras de la zona de San Francisco en la prehistoria.

Sus restos pueden verse hoy en la Sala de Paleontología que posee el Archivo Gráfico y Museo Histórico (AGM, ubicado en avenida de la Universidad al 200), que además es un centro de consulta para estudios sobre esta ciencia.

Se tratan de especies que vivieron hace un millón y medio de años atrás y se extinguieron hace 10 mil. Algunas de estas existieron durante la Edad de Hielo y pueden verse en la película Ice Age o Era de Hielo, que presenta a sus animados y divertidos personajes en forma de estos animales.

Alberto Orellano y María Teresa Milani, junto a los restos fósiles del tigre "dientes de sable".
Alberto Orellano y María Teresa Milani, junto a los restos fósiles del tigre "dientes de sable".

Su período final de existencia coincidió con la llegada de los primeros grupos humanos a la zona. Las posibles cacerías y los cambios climáticos, entre las causas que determinaron su desaparición.

Del primero al último rescate

En la Sala de Paleontología del AGM se exhiben restos fósiles que fueron estudiados por becarios del Conicet. Entre los restos, se expone el 70 por ciento del esqueleto de Tigre Dientes de Sable, recuperado en un campo al oeste de San Francisco en 1998. Este es el “caballito de batalla” de la muestra, destacado por la fuerza de sus garras y el tamaño de sus afilados colmillos de hasta 20 centímetros de largo.

La historia de estos restos comenzó un año antes, en 1997, cuando un llamado telefónico sorprendió puertas adentro de lo que era un archivo histórico que recién daba sus primeros pasos. Desde ahí, nada fue igual.

Una de las cavas donde años atrás se produjo el hallazgo de restos fósiles.
Una de las cavas donde años atrás se produjo el hallazgo de restos fósiles.

“Fue en 1997 cuando apareció el primero, un neosclerocalyptus. Sus restos aparecieron detrás de lo que es hoy la estación de servicios YPF que está sobre la ruta nacional 19. Una empresa (Ceretta) se encontraba sacando tierra para compactar el terreno y avisan sobre la aparición de estos restos. No teníamos idea de qué se trataba y ahí empezó la aventura paleontológica del Archivo porque comenzamos a tener información de la prehistoria sanfrancisqueña”, recordó María Teresa Milani, integrante de la institución.

Milani resaltó que siempre se habla de la historia local a partir de la fundación del 9 de septiembre de 1886 y con la figura de José Bernardo Iturraspe, pero que ese relato se actualizó en el museo hace algunos años: “Con la aparición de estos huesos viene un replanteamiento del guion del Museo, de hablar también de una prehistoria, cuál era la flora y la fauna de este lugar hasta hace 10 mil años cuando se extinguen estos animales”, explicó a El Periódico.

Alberto Orellano, compañero de Milani en el AGM, aclaró que se trataron de “hallazgos casuales” porque les hubiese sido muy difícil llevar adelante una investigación de este tipo. Luego recordó cómo descubrieron al tigre: “Apareció debajo de unos huesos de una especie de camélido”.

Cada pieza que se exhibe en el edificio de Av. de la Universidad fue estudiada por profesionales de la materia y del Conicet para saber de qué especies se trataban y dónde vivían.

Milani explicó que la zona del Aeroclub terminó siendo un “yacimiento paleontológico” porque en ese lugar –en una cava- apareció el 90 por ciento de los fósiles hallados. El último episodio se dio en 2006, cuando encontraron los huesos de un scelidodon casi completo.

Otros hallazgos se produjeron en lo que actualmente son barrio El Prado y la cava de Luxardo.

Zonas profundas

Estudios de geólogos respecto a las características de nuestra zona en ese entonces hablan de “profundas aguadas” para estos animales grandes y con mucho peso.

“La zona era de cierta profundidad como para que los toxodon se sumerjan. En los estudios de los geólogos además se determina que en ese momento hubo períodos de sequías muy prolongadas y esas aguadas se fueron achicando, por lo que se generaron pantanos. Entonces, los animales iban a tomar agua y quedaban atascados y morían, muy cerca unos de otros”, manifestó Orellano.

Milani remarcó que conocer la Sala de Paleontología es importante para estudiantes que van del nivel inicial al superior e hizo una aclaración: “Avisamos de antemano que no son restos fósiles de dinosaurios, los cuales se extinguieron hace 65 millones de años. Lo que mostramos es nuestra fauna prehistórica. Sí le aconsejamos a docentes de los más chicos que antes vean la Era de Hielo 1, que fue una película emblemática”, dijo.

Los Paleojuegos son un clásico del AGM.
Los Paleojuegos son un clásico del AGM.

Paleojuegos en vacaciones

El jueves 20 de julio, de 15 a 17, se realizará en el Archivo Gráfico y Museo Histórico una nueva edición de “Paleojuegos”, actividad educativa y de esparcimiento para niños de 5 a 9 años.

Con un video y explicaciones, los niños tienen acercamiento a ese pasado remoto y aprecian, además, cómo se debe actuar en los rescates de fósiles. En el campamento del paleontólogo, conocen sus herramientas y rutinas y luego, en mesa de arena, participan del descubrimiento de réplicas de piezas fósiles. Al final de la visita se llevarán de recuerdo.

Las inscripciones para la actividad se pueden realizar llamando al (03564) 15608752 o escribiendo un mensaje privado en el Facebook del Archivo Gráfico y Museo Histórico. La actividad tiene un costo de 1200 pesos.