Horacio (54) y Paula Turco (29) son un padre y una hija que desde hace poco más de dos años comenzaron a estudiar la Licenciatura en Comunicación Social juntos, en el Centro Universitario San Francisco. Previo a ello, también fueron jefe-empleada de una ferretería, propiedad de la familia. La experiencia, aseguran, “fue todo un desafío”.

“Todo empezó porque hace dos años yo había ido a plantearles a mis papás que iba a empezar a estudiar. Yo antes había estudiado Recursos Humanos pero no me gustaba, no terminé, y había pensado que no iba a estudiar más. Después surgió esto, entonces les planteé que quería estudiar Comunicación Social. Ahí él me pide que le explique cómo era y que le averigüe por él, para empezar. Yo pensé que era solo averiguar y listo. Pero llegó la época de las inscripciones y llevamos los papeles”, contó Paula.

La parte curiosa llegó al momento de cursar la instancia de ingreso, ya que las materias aprobadas de la otra carrera certificaban el ingreso directo de Paula, no así de su papá Horacio, cuya experiencia universitaria era la primera en su vida. “Él tuvo que hacer el cursillo y me dice ‘al final me estás dejando solo’, pero cuando él ingresó ahí sí empezamos a compartir el aula”, recordó la joven entre risas.

Oportunidades

Horacio, por su parte, explicó que la oportunidad de estudiar una carrera en su juventud no fue posible. “Fui viajante durante mucho tiempo, nunca había tenido la oportunidad de estudiar de joven, el hecho de quedarme en casa me había pegado mal y estaba medio bajoneado, entonces mi esposa me alentó a que vaya a averiguar, todo esto después de que ella planteó que iba a estudiar Comunicación”, relató Horacio, quien agregó que si empieza algo, no lo deja. “Trato de ponerle pilas a lo que hago”, dijo.

Entre libros y apuntes

Para Horacio, que terminó la secundaria hace 35 años, la primera etapa de la carrera fue un poco más dura que para su hija. “Los cursillos me asustaron un poco, pero los profesores me decían que iba aprobar. Cuando ingresé a la facultad, el primer año fue psicológicamente duro, pensé en dejar cien veces, me daban terror los parciales, me ponía nervioso al estudiar, porque para mí es un trabajo, es mi primera experiencia universitaria”, rememoró.

De la casa al trabajo… ¡y a la facu!

Trabajo en equipo

“Siempre hacemos juntos los trabajos que son en grupo. Tratamos de hacer foco en trabajar en equipo, en dividirnos bien las cosas”, manifestó Paula, quien explicó que para ella es un buen ejercicio para trabajar en equipo. “Si yo hoy puedo trabajar con mi papá, que es con el que más me cuesta por la confianza que yo tengo, el día de mañana voy a poder trabajar en equipo en cualquier otro lugar. Lo tomo como un desafío y como un aprendizaje”, fundamentó.

Paula confesó que para ella también fue un desafío personal estudiar junto a su papá, aunque aclara que siempre fueron muy unidos. “Tuvimos que aprender a trabajar en equipo y a que la facultad no dañe nuestra relación familiar, porque por ahí discutiste por un trabajo o lo viste toda la semana y llega el fin de semana y no querés juntarte a comer en familia, entonces eso no tiene que ser así. Si esto no se disfruta, si uno no aprende al final, ¿para qué lo está haciendo?”, destacó.

Por su parte, respecto también a cómo es la relación entre ellos, Horacio resume: “Nos juntamos a estudiar, si no nos peleamos nos juntamos siempre (risas). Pasa que por ahí yo no le diría a un compañero lo que le digo a ella”.

Y agrega que la diferencia de edad es grande y que se nota. Mientras Horacio asegura que necesita leer un poco más y de manera más pausada así como más cantidad de material de estudio, la hermana “del medio” afirma que sólo lo hace cuando no entiende algún tema, pero que a veces le alcanza con la bibliografía propuesta por el profesor.

Uno más

A pesar de ser el más grande del curso, y de cursar junto a su hija, Horacio no reniega de ello. “Cuando los profesores toman lista ya ni nos nombran, porque ya nos conocen. Cuando entregan las notas de los parciales, lo primero que hacen es preguntarme a mí qué nota me saqué”.

“Hoy estudio porque me hace bien, porque me gusta, me encantó la carrera. Los profesionales que trabajan en el CUSF son excelentes, uno puede aprender mucho con ellos”, agrega.

Y concluye: “Yo soy el que cuando todos salen del curso, se queda en el aula y charla con los profesores”.