Por Nicolás Albera

Para las mujeres que se encuentran desempleadas actualmente agarrar el clasificado del diario para ver los trabajos ofrecidos es un bajón, debido a que en la mayoría de los casos los puestos están destinados a hombres: torneros, soldadores, vendedores, entre otros, son los más publicados.

San Francisco es una ciudad industrial, de eso no quedan dudas. Y con el tiempo la ciudad se abraza más a esta cualidad. Pero las fábricas pocos lugares tienen para ellas. Muy pocos.

 2 de cada 10

Durante el 2014, en San Francisco, solo el 20 por ciento de los puestos de trabajo fueron ocupados por mujeres; el 80 por ciento restante fueron varones. Esto fue confirmado a El Periódico por Sarita Ferreyra, responsable de Recursos Humanos en el estudio “Rocha y Asociados”. Según agregó, si se observa la variable en el resto del país, los puestos ocupados por mujeres escalan al 35 por ciento de los casos.

“Es una variable que tiene que ver con las industrias que hay en la ciudad; son pocas las funciones que pueden ser ocupadas por ellas porque tenemos una industria metalúrgica que opera con hombres y esta es una de las hipótesis fundamentales”, sostuvo.

No obstante, Ferreyra remarcó que en los últimos dos años se fue viendo además un deterioro en la formación de las mujeres, ya que no se capacitan en actividades productivas; en la falta de conducta laboral, sea presentarse a horario, aceptar indicaciones o escuchar a sus superiores; y la carencia de un trato socialmente aceptable o actitudes incorrectas durante las entrevistas de trabajo.

Los microemprendimientos, una salida

Florencia Costamagna (26) es licenciada en Diseño de Indumentaria. Estudió en la ciudad de Córdoba y al regresar a San Francisco comenzó a buscar un lugar para poder aplicar sus conocimientos. Aunque dictó talleres autogestionados en la Biblioteca Popular y en la Escuela de Bellas artes, hoy está abocada a su pequeño negocio: la venta de ropa interior con modelos únicos.

“A mediados de 2014 comencé con el emprendimiento que más placer me da y al que estoy metiéndole todas las pilas, aplicar el arte a los textiles”, contó.

Su marca se denomina “in Bloom” y se trata de bombachas estampadas con diseños únicos y diferentes entre sí. “La idea es encontrar arte en una prenda tan simple y cotidiana como un culotte”, ejemplificó.

A poco tiempo del inicio de su emprendimiento, Florencia cuenta que puede hacerse cargo de sus gastos personales y que su objetivo es insertar su marca y comercializarla en el mercado.

Poca bandeja

Los trabajos gastronómicos fueron quedando al margen para la mayoría de las mujeres. Sobre todo el de moza, algo común en otras ciudades.

Antes sí

En los años 40, las fábricas ocupaban una gran cantidad de mujeres en San Francisco. Épocas donde ellas tenían mucho menos libertades que los hombres, y la diferencia se notaba al momento de cobrar el salario. Tanto la Fábrica Militar como la de galletitas y fideos Tampieri tenían un número muy importante de trabajadoras que hacían las labores delicadas. En la primera, por ejemplo, se encargaban de confeccionar las municiones.

Consejo

Una salida laboral para ellas es estudiar Enfermería, sobre todo la licenciatura, algo que hoy es posible en nuestra ciudad ya que se dicta en el Centro Universitario San Francisco(Cusf).