Cumplió 25 años de servicio en Departamental San Justo: "En la Policía me siento realizado”
Así lo expresó Sergio De Bonis, suboficial mayor que fue reconocido por su trayectoria en la institución. Se desempeña en la División Investigaciones y participó en la resolución de los casos más resonantes de la historia policial reciente. Su historia.
Sergio De Bonis (50) se define como un trabajador que ama su trabajo y así lo ha demostrado por 25 años, por cuya labor y trayectoria fue reconocido recientemente por la Jefatura de la Departamental San Justo de Policía.
"Si me tuviera que definir, soy un trabajador. En la Policía me siento realizado", dice con humildad el suboficial mayor en una entrevista con El Periódico.
Antes de comenzar a charlar en la sala de reuniones de la División Investigaciones, en la que se desempeña hace 20 años, De Bonis apoya un cuaderno con apuntes: “Es un machete”, dice sonriendo. Se trata de una ayudamemoria para recordar los casos más resonantes en los que participó y que conforman parte de la historia delictiva y criminal reciente de la ciudad y la zona.
De Bonis ingresó a la Policía como aspirante en 1999 y su fecha de alta fue en enero del 2000. A diferencia de como muchas veces sucede, el hombre no tenía familiares directos en la fuerza: “No tengo familiares en la Policía, fue algo que lo traía de chico. Siempre me gustó lo relacionado a la profesión y no sabía cómo acercarme. Me enteré que había un curso para suboficial de Policía y me mandé”, cuenta.
Su primer destino el Comando Radioeléctrico -hoy CAP- en Las Varillas, tuvo un paso por Freyre y luego fue derivado a San Francisco. “Para nosotros, el Comando Radioeléctrico es como le decimos ‘la escuela del policía’. Donde aprendés realmente la labor, la experiencia te la da la calle y el trabajo con la gente, con tus compañeros. A uno le pueden decir cómo actuar en una situación, pero en la calle cada hecho es diferente”, asegura.
Esa experiencia en el Comando le permitió dar el salto a la División de Investigaciones en 2005, donde encontró su verdadera pasión: el trabajo minucioso para esclarecer delitos. "Creí que no me iba a adaptar, pero realmente aprendés mucho y me gustaba. En el Comando se trabaja en prevenir el delito y en Investigaciones se actúa en la consecuencia de un hecho. Es muy diferente, tenés más relaciones con la gente, con las fiscalías y las víctimas”, asegura.
- ¿Qué habilidades se deben tener como investigador?
- Lo básico es tener buena memoria, con la experiencia de la calle ya reconocés a los presuntos delincuentes o sabés el apodo, sus caras; a mejor ves un video de un robo y sabés quién puede ser, eso es experiencia previa. Nos toca también trabajar con la víctima, contenerla, tener empatía con las personas, más allá que me han tocado hechos muy graves, como robos violentos, homicidios, son cosas que te van endureciendo por dentro básicamente y van forjando el carácter.
- ¿Y cómo se hace justamente para no llevarse todo eso a casa?
- Los primeros años en la Policía fueron difíciles, ya en Investigaciones había robos u homicidios y yo me iba a mi casa, estaba comiendo y mi señora -Luciana- me decía ‘no hablás’ y yo estaba pensando en tratar de buscar una pista, en un indicio para resolver la situación. A veces trabajábamos con los compañeros 12 o 13 horas porque queríamos resolver el hecho. El trabajo es así. Con el tiempo, encontré un cable en el deporte, en salir a correr. Me fue gustando, me metí en la actividad y ahora corro día por medio. Para mí el deporte es el mejor psicólogo y me desenchufa mucho.
Casos emblemáticos
Con 25 años en la institución, De Bonis ha estado involucrado en la investigación de algunos de los casos más resonantes de San Francisco. “En 2004, estaba de franco ese día cuando se produjo el asalto el asalto a la agencia de quiniela Alemani, donde murió asesinado el policía retirado Rubén Ferreyra. Ese día todos los agentes salimos a dar una mano y me tocó ir al allanamiento donde se detuvo a al homicida y a sus cómplices”, recuerda.
Otro hecho que marcó su carrera fue el homicidio de Natalia Vercesi y su hija por nacer en 2009. “Era prácticamente nuevo en la División, pero estuve presente en toda la investigación. Recuerdo el día de la detención del autor -Alejandro Bertotti-. Intentó escaparse, lo seguimos con tres móviles y lo arrestamos. Desde el principio sabíamos que estaba involucrado, pero la Fiscalía nos pidió armar una causa sólida. Ese gran trabajo en equipo nos permitió lograr una condena”.
Para De Bonis, el homicidio de “Cachito” Camisassa en Luxardo también fue un desafío. “Fue un caso que llevó meses. La familia hacía marchas pidiendo justicia, pero nosotros seguíamos trabajando. Conseguimos ADN en un vaso dentro del lugar, lo que demoró la investigación, pero fue clave para la condena. El día del juicio, el autor se hizo cargo y recibimos la felicitación de la fiscal de Cámara”, refiere.
- ¿Cuánto les facilitó el avance de la tecnología a la hora de resolver casos?
- Cuando yo empecé había muy pocos teléfonos celulares, ahora secuestrás un celular y el teléfono ‘habla prácticamente’. Te dice dónde estuvo la persona, a quién llamó, siempre se saca mucha información. Los domos de la ciudad, hay gente cree que no sirven, pero son fundamentales ante cada hecho y son lo primero que analizamos ante un ilícito.
- ¿Qué consejo le darías a los jóvenes que les interesaría hacer carrera en la Policía?
- Si realmente tenés un poco de vocación, de servirle a la sociedad, de ayudar a la gente, no te gustan las injusticias, es el laburo indicado. No se van a hacer ricos en la Policía, pero sí tenés la satisfacción de recuperar una moto robada, esclarecer un robo. Yo no lo hago por el bien material, lo hago por la satisfacción de poder ayudar al otro. En 25 años nunca saqué carpeta médica, pero porque no sentí la necesidad, siempre me tiró más la vocación de venir a trabajar. En la Policía me siento realizado.
Pasos de familia
El hijo de Sergio, Nicolás (24 años), decidió seguir los pasos de su padre en la Policía. "Nunca le insinué que siga mi carrera, pero cuando terminó el secundario me dijo: ‘Yo quiero ser policía’. Es un orgullo, aunque sé que también le van a tocar cosas difíciles. No es un trabajo común", reflexiona.
A punto de cerrar su etapa en la institución, De Bonis asegura que no piensa en su retiro, aunque ya cuenta con los años para poder solicitarlo: "No siento mi trabajo como una carga, si en algún momento lo dejo, me gustaría seguir haciendo algo vinculado a lo que sé. El día que no sienta la necesidad de venir, cierro la puerta y me voy a casa a ponerme los pantalones cortos", dice entre risas.