La onda veggie sigue en franco crecimiento. Entre el 2019 y el 2020, aumentó de un 9% a un 12% la población vegana y vegetariana en Argentina, de acuerdo a una encuesta desarrollada por la Unión Vegana Argentina (UVA). Según los datos, entre quienes no comen carne hay más mujeres (52%) que hombres (48%) y la mayoría tiene entre 35 y 49 años. 

Esta es una de las causas, quizás la de menor impacto, de la caída en la venta de carne vacuna impulsada sobre todo por la suba de los precios y la pérdida del poder adquisitivo de los consumidores.  

Pero los cambios culturales respecto a la alimentación se van haciendo más fuertes con el paso del tiempo y se oye hablar, cada vez más, de vegetarianismo y veganismo: el primero excluye, principalmente, la carne animal, mientras que el segundo evita todos los productos de origen animal. 

Para el fundador y director de UVA, Manuel Alfredo Martí, forman parte de una “minoría que crece de forma exponencial”, motivo por el cual pide que se instrumenten políticas públicas necesarias para atender la demanda de esta comunidad en educación, salud y justicia. 

San Francisco tiene su movida veggie, no solo con sus consumidores sino además con emprendimientos que facilitan el acceso de productos para poder mantener esta dieta, a los que en el último tiempo se sumaron supermercados. No obstante, salir a comer a algún restaurante y encontrar menús veganos no es algo habitual.  

Testimonios de una cultura  

Marina Manacorda (26) y Patricio Berón (29) no consumen carne pero tampoco productos derivados de animales. 

Ella comenzó siendo vegetariana, un estilo de vida que llevó por una década hasta que decidió volcarse al veganismo. “Siempre me pareció extraño que fuera socialmente aceptado que haya animales que se puedan matar y se puedan comer y otros a los que criamos como parte de nuestras familias. Desde chiquita, gracias al capítulo de ‘Lisa, la vegetariana’ de Los Simpsons, descubrí un tipo de alimentación diferente que me parecía más coherente. Y cuando pude, lo puse en práctica”, recordó. 

Cuatro historias de veganos: por qué cambiaron sus hábitos y qué dificultades encuentran 

Berón, en tanto, lleva ya varios años en el veganismo: “Hace prácticamente siete años que soy vegano. En su momento fue para otorgar libertad y derechos a los animales, no me parecía que era justo comerlos y no me sentía bien haciendo eso”, contó. En su decisión influyó su hermano, que ya llevaba este estilo de vida. 

Dificultades en el camino 

En medio de una sociedad en donde el consumo de alimentos de origen animal es habitual, hacerse de productos veganos no es fácil, mucho menos años atrás cuando del tema se hablaba poco. Tampoco lo es reunirse con otras personas para compartir un almuerzo o una cena, por ejemplo. 

“Hace 10 años era mucho más difícil conseguir información al respecto. Los productos aptos eran muy escasos y la atención médica dejaba mucho que desear en este aspecto. Pero hoy en día es mucho más simple, hay profesionales que se dedican a acompañar este tipo de alimentación, ya no te juzgan tanto en los consultorios, los productos aptos son más variados y se encuentran incluso en supermercados”, resaltó Manacorda pero agregó que “queda mucho camino” y que se necesitan más opciones en el mercado o en los locales gastronómicos. 

Cuatro historias de veganos: por qué cambiaron sus hábitos y qué dificultades encuentran 

Berón agregó que otra de las dificultades tiene que ver con las reuniones, en donde hay comida de por medio y suele predominar la carne. “Creo que lo principal es por ahí lo social, el hecho de salir a comer, o que la gente no sepa qué tiene que cocinarte o no entienda muy bien qué comés y qué no comés. Por ahí lo relacionan a la celiaquía o a algún trastorno alimentario”, remarcó.  

Ser vegetariano o vegano aún despierta cuestionamientos en quienes no comparten la forma de vivir. “Siempre lo mismo, me preguntan ‘¿entonces qué comés?’. Parece que el resto del mundo viviera únicamente a bife y asado”, contó la mujer. 

Además desmitificó que llevar una dieta vegana era igual a tener una deficiencia calórica o de aportes de nutrientes: “Ha habido muchísimo crecimiento y, de hecho, hay muchas más opciones en el supermercado o en la calle”. 

Más casos 

Emilia Ghisolfi (35) y Carolina Armando (35) también decidieron no consumir carne. En el caso de Ghisolfi, la dejó con apenas 10 años aunque por un tiempo siguió consumiendo algunos derivados de animales. Por su parte, Armando cambió hace una década sus hábitos de consumo y de manera progresiva, eliminando de a poco derivados de animales y productos industrializados. Hay épocas en las que prefiere comer solo frutas y verduras y momentos en los que incluye legumbres y alimentos cocinados. 

Ghisolfi contó que siguió los pasos de su hermana mayor, aunque hoy ya es una decisión propia en la que influye el respeto por los animales. Armando, en tanto, lo hizo para sentirse mejor a nivel físico, emocional y mental. 

A ambas les costó acomodarse en un primer momento pero hoy ya lo manejan con naturalidad. “Cuando era chica fue un poco más complicado, debido a que no se hablaba mucho de ese tema, pero mi mamá siempre entendió nuestra decisión y nos cocinaba otra comida y si teníamos algún evento nos llevábamos lo que íbamos a comer porque sabíamos que no íbamos a tener un menú diferente. Hoy esa dificultad desapareció”, reconoció Ghisolfi.  

Cuatro historias de veganos: por qué cambiaron sus hábitos y qué dificultades encuentran 

En su caso, Armando explicó: “En un inicio, la mayor dificultad fue el contexto cultural, ya que se asociaba salud al consumo de carne. En ese momento eso hacía preocupar y cuestionar a la gente que me rodea acerca de mi salud. Al igual que los eventos sociales. Hoy en día no hay dificultad”. 

Emprendimiento 

Ghisolfi y Armando apostaron a un emprendimiento de comida vegana en 2018: “La idea era y es que existan alimentos reales como los que una se cocina en su casa, Diferente es a lo que una se encuentra en el supermercado”, explicaron. 

Y aseguraron que cada vez más personas se vuelcan a nuevas formas de alimentarse: “Hay mucha gente interesada, no solo por el amor a los animales, sino por cuestiones de salud. Cada vez nos encontramos con más personas con apertura de conciencia respecto a la alimentación y al consumo de animales”, destacaron. 

“Tomar esta decisión puede ser saludable o no” 

La nutricionista Jimena Laferla aseguró ante la consulta de El Periódico que, de acuerdo a su experiencia en el consultorio, muchas personas están tomando la decisión de cambiar la alimentación, principalmente adolescentes y jóvenes. Sin embargo, dijo observar más vegetarianos que veganos. 

“Hay una tendencia marcada en este tipo de alimentación. Existe un gran interés por una alimentación más natural, sin consumo de carnes y por conocer la forma en que se pueden obtener los nutrientes con alimentos de origen no animal”, reveló la profesional.   

En ese sentido, Laferla apuntó a que con asesoramiento nutricional se puede llevar a cabo una alimentación vegetariana o vegana sin problemas: “Es importante aportarle al organismo todos los nutrientes que necesita para estar sano, establecer porciones diarias acordes a cada persona, consumir una variedad de legumbres, cereales, frutos secos, vegetales, frutas y semillas. La alimentación siempre es personalizada, por eso se estudia cada caso en particular y se realiza un tratamiento. Pero puede ocurrir que en algunos casos excepcionales se necesite algún suplemento nutricional bajo indicación médica”, agregó. 

“La decisión de ser vegetariano o vegano puede ser saludable o no, esto depende de si se cubren las necesidades diarias de nutrientes”, concluyó.