Las últimas estadísticas que difundió el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (Indec) son por demás alarmantes: la inflación interanual en Argentina ya alcanzó el 51,3% y la pobreza tuvo también un fuerte salto del 6%, alcanzando al 32% de la población a fines de 2018. Si bien son cifras que parecen en llamas, también es cierto es que las estadísticas no reflejan del todo el drama y los problemas de las familias que más sufren la crisis económica que se extiende por el país.

El fuerte encarecimiento de la vida cotidiana también se refleja en las estadísticas del Indec, que revelaron que seis de cada 10 familias recurren a las compras con tarjeta de crédito o al clásico sistema de fiado con la despensa o almacén de confianza, como una forma de “estirar” los gastos ante la falta de efectivo. Y esto en base a datos del tercer trimestre de 2018, en un escenario todavía sin los fuertes aumentos que siguieron hasta hoy.

Así, mientras en los sectores de menos ingresos creció considerablemente el fiado, en las franjas con mayores ingresos también aumentó el uso de tarjetas, que conllevan un importante riesgo ante la fuerte suba también de las tasas de interés.

En los barrios

El Periódico consultó a propietarios de almacenes y despensas en distintos sectores de la ciudad y todos coincidieron en que las ventas al fiado crecieron en los últimos meses.

Pablo es un despensero de barrio 20 de junio que reconoció un fuerte incremento en la venta de mercaderías al fiado. “Calculo que un 30 por ciento de la compra se está dando al fiado, personalmente lo hago con la gente que vive alrededor del negocio, que sé que son propietarios y tienen trabajo porque en este sector hay muchos inquilinos que son estudiantes y no les puedo fiar porque no sabés cuando se van”, aseguró.

Para Pablo el fiado está más vigente que nunca en esta época “porque a nadie le alcanza más la plata”. 

“En estos meses que van del año ya aumentaron tres veces las cosas, tengo una variación de precios de entre un 10 y un 15 por ciento en todo. La leche, por ejemplo, en dos semanas aumentó 7 pesos”, graficó. 

Estrategias ante el fiado

Hugo cuenta con una experiencia de 24 años como propietario de almacenes. Primero en la localidad de Frontera y en la actualidad en el centro de la ciudad de San Francisco. Admite que en épocas de crisis la gente pide sacar más mercadería al fiado, sin embargo él manejaba la situación con cierta discreción. Abría cuentas a la gente que conocía que tenía trabajo y ponía cierto límite al monto de las cuentas.

“Pasaba que el primer mes todo el mundo te pagaba, pero ya el segundo o tercer mes se empezaban a acumular las deudas, se hacía una pelota entre que lo que iban pagando y la mercadería que sacaban que nunca terminaban de pagar. Así tuve varios clientes que perdí porque dejaron de pagar o directamente desaparecían”, aseguró Hugo. 

Cuando se mudó al sector céntrico de San Francisco la situación cambió y si bien nota que hay variaciones en los hábitos de consumos (se compra lo justo y necesario o se opta por segundas marcas), prácticamente nadie compra al fiado: “En algún punto del centro es como que les da vergüenza pedir fiado, pero no es lo mismo que pasa en los barrios”, sostuvo.

Recargo al fiado

Gabriela lleva 10 meses con su comercio en barrio Vélez Sarsfield y tuvo que recurrir al fiado por insistencia de los clientes. Al encontrarse con algunos inconvenientes a la hora de cobrar decidió realizar un recargo de un 15 por ciento en las cuentas impagas.

“Si bien hace poco que abrimos nos pidieron fiado enseguida. Y pasó que había gente que nos pedía sacar por mes porque le resultaba más fácil, acordamos y el primer mes todo bien, el segundo se retrasaron y el tercero, en noviembre del año pasado, me lo terminaron de pagar la cuenta a principios de marzo. Así que se tomó la decisión de aquellos que tenían una cuentita que superara los 15 días o que sea mensual iban a tener un recargo del 15 por ciento en el monto total de la cuenta si se atrasaban”, describió. 

La venta por tarjeta también se convirtió en una opción para este mercado de barrio. “Se nota que no hay mucha plata en la calle y la gente no llega. Al trabajar con tarjetas les digo a los clientes que el fiado tiene un recargo del 15 por ciento y la tarjeta un 10, entonces les comento que se fijen qué les conviene más”, dijo la comerciante.

Por último reveló que el cambio de consumo hacia las segundas marcas se notó bastante en lo referente a masitas y gaseosas: “Es impresionante cómo las primeras marcas de gaseosas quedaron relegadas por las más económicas”, finalizó.

Con la crisis crece el fiado, aunque con reparos

Las tarjetas, un problema

Ante la falta de efectivo, otro de los recursos al que acuden las familias es a la tarjeta de crédito, cuyos intereses no paran de subir y en muchos casos se encuentran a niveles desorbitados. Así, cuando se compra en cuotas con interés se puede terminar pagando más del doble que al hacerlo de contado.

Alfredo Schclarek Curutchet, director del Centro de Investigaciones Participativas en Políticas Económicas y Sociales (CIPPES),  advirtió de las “trampas” que encierra el uso de los plásticos para financiarse. “El uso de las tarjetas es recomendado siempre y cuando se pueda cancelar mes a mes toda la cuenta. Hay que tener mucho cuidado porque financiarse hoy con la tarjeta es sumamente costoso y se termina incluso pagando más intereses que por el propio producto. No es nada recomendable”, aseguró a este medio.

Además de pagar intereses altísimos en las cuotas, el problema llega también cuando los usuarios no pueden cancelar toda la cuenta y se utiliza el pago mínimo, ya que se recargan también altos intereses. “El riesgo es entrar en deuda con la tarjeta y a partir de ahí empiezan a correr los intereses, que se pueden volver una trampa muy cara”, fundamentó el economista.

Y advirtió: “Hoy, los intereses de financiación pueden alcanzar el 143 por ciento. O sea, si uno compra algo y lo financia con tarjeta en un año, termina pagando dos veces y medio más por el producto”.

Con la crisis crece el fiado, aunque con reparos

Crece la tarjeta en el Hiper

Uno de los principales centros de compra en San Francisco y la zona es el Hipermercado Anselmi. Ante la consulta de El Periódico, Alejandro Anselmi, de la familia propietaria, explicó que si bien el uso de la tarjeta de crédito se incrementó en los últimos meses, el principal problema está en las altas tasas de interés de los bancos para las compras y a la falta de promociones sin interés, como había antes. Incluso el plan del Gobierno nacional Ahora 12, con alto interés.

El empresario apuntó contra el alto interés que tienen las tarjetas de crédito. “Están en un 10% mensual o más, es muy alto. Yo les recomiendo a nuestros empleados que no financien con la tarjeta porque después se van a meter en deudas y problemas”, indicó Anselmi.

Anselmi reconoció que hubo una baja en las ventas en comparación al año anterior, pero que no fue muy significativa. Y señaló que en su comercio, los clientes siguen optando por las primeras marcas.