Tomar la decisión de cerrar un negocio nunca es fácil y para Camila Zenclusen (28) fue uno de los momentos más desafiantes de su vida. Después de cinco años dedicados a La Dulcería, un emprendimiento propio que le dio más que trabajo, decidió cambiar de actividad y adentrarse en el mundo de crear contenidos para las redes sociales.

“No fue fácil, pero sentí que había llegado el día. Terminé el contrato y supe que era hora de buscar algo nuevo, algo que me permitiera estar con mis hijos y que a la vez me apasionara”, cuenta a El Periódico esta joven emprendedora que creó su perfil llamado Cami sin Filtro.

El desafío comenzó ahí y siguió lo más duro. Adentrarse en el mundo digital, que significó enfrentarse a dudas, miedos y sobre todo, a la incertidumbre. ¿Podré vivir de esto? Sin embargo, decidió arriesgarse y hoy, con más de 15 mil seguidores y una marca personal en crecimiento, cuenta que mantiene una actividad que se va afianzando.

El momento de tomar una decisión

Lo que por cinco años le permitió emprender, formar una familia, una comunidad y generar sus principales ingresos, un día comenzó a generar dudas. Camila recuerda con nostalgia esos años de esfuerzo y dedicación. Y en esos recuerdos llega a enero de 2024, donde tuvo que decidir qué hacer respecto al contrato del local. “Fue una señal, creo que era el momento de darle fin. Poner las cartas sobre la mesa y planificar qué seguía”, explicó. Opciones había muchas, pero reinvertir energía en algo que la apasione era su prioridad.

Dejar atrás una etapa tan significativa no era olvidarse de los sueños, sino redireccionarlos. “La gente te ve con una historia de éxito, pero detrás hay dudas y miedos. El salto a las redes fue todo un desafío personal, pero también un acto de valentía", consideró.

Comenzaron los cursos y mentorías para formarse en base a las nuevas metas. “Al principio la gente no veía esto como un trabajo. Me decían: ‘si lo puede hacer mi primo, mi amigo ¿por qué tendría que pagarte a vos?’ Los no fueron muchos”, subrayó Camila entre risas.

Pasaron los meses y, poco a poco, fueron llegando los resultados. Ya para diciembre del año pasado, la recompensa fue palpable. “Empezaron a llegar los mensajes, las reacciones, las llamadas. Eso fue lo que me dio la confianza de seguir”, afirmó.

Lo que resalta a Camila en el mundo digital es su autenticidad. No se muestra como una influencer de estilo de vida, sino como una mujer real, trabajadora y mamá de dos niños, que lidia con la maternidad y los altibajos emocionales. “La gente se identifica con lo que ve. Muestro mi rutina, mis días buenos y malos y cuando lo necesito, no muestro nada. Eso es lo que soy".

El proceso de mostrar su vida cotidiana en redes tiene su precio. Hay elogios, pero también críticas, malos comentarios. Para ella, lo importante es quitarles valor. “La gente ve todo, se da cuenta de lo genuino”, aseguró. Hoy en día, tiene una comunidad que la sigue y la valora por su honestidad, por la transparencia que la hace cercana, incluso cuando se muestra vulnerable.

De la incertidumbre al logro

Con el paso del tiempo, comenzaron a presentarse marcas y emprendimientos en busca de colaborar. Aunque no siempre fue así, le tocó arriesgarse muchas veces y no recibir respuesta. Y finalmente, todo pareció acomodarse.

“En diciembre comenzaron a llamarme y fue increíble. Hoy, cada colaboración que hago tiene mi toque personal. Trato de que cada cliente se adapte a mi estilo personal y mantenerme fiel a mis principios. El objetivo es no perder mi esencia”, dijo. Aunque sin perder de vista la realidad: “Todavía queda mucho camino por recorrer, pero el esfuerzo vale la pena. Por cada mensaje, cada reacción, cada comentario apreciando mi trabajo. Mi meta es poder vivir de esto, que mis hijos tengan la estabilidad que se merecen”, afirmó.

Si hay algo que Camila busca transmitir, es que a pesar de la incertidumbre, vale la pena apostar por lo que realmente te apasiona. “Es normal tener miedo, pero el miedo no te puede parar. Si algo te apasiona, vamos por ahí. Buscar las herramientas, capacitarte. Y no dejes que los comentarios negativos de los demás te frenen. La gente que te acompaña, que te apoya e impulsa es la que realmente importa”.