Rocío Quevedo (21) tendrá por estos días su primer Día de la Madre, al nacer el pasado 3 de octubre Martina, su hija, quien nació antes de tiempo y con bajo peso. La niña se encuentra internada en el servicio de Neonatología del Hospital “J. B. Iturraspe”, donde va sumando peso de a poco.

El embarazo –contó Rocío, de Morteros- fue normal, pero Martina estaba apurada por salir. “Llegué a las 36 semanas, tenía poco líquido y la gorda no se alimentaba bien, entonces me tuvieron que hacer cesárea de urgencia”, contó.

Celebrar ser madres en la Neo del hospital

Los primeros días no fueron fáciles para esta mamá primeriza, que por supuesto tampoco tenía experiencia con Neonatología: “Me costó al principio cuando entré. Cuando llegué estuve re mal de ánimo porque no me esperaba una cosa así. Como soy de lejos me costó adaptarme a estar sola”, recordó. Acto seguido aseguró: “Pero ahora ya estoy bien, tranquila. Mi novio me ayuda, él viene cada tanto porque trabaja, pero cuando viene me trae lo que necesito”, sostuvo Rocío.

Martina pesa 1.900 kilos, el mismo peso con el que nació. “Es re chiquitita, al principio no sabía cómo agarrarla pero ahora ya está más gordita”, manifestó la mamá. La beba bajó algunos gramos pero se recuperó y ahora es cuestión de esperar hasta que pueda irse a casa, lo que podría ocurrir este fin de semana.

Celebrar ser madres en la Neo del hospital

“Los primeros días aumentó 10 gramos y hoy ya subió 40”, contó entusiasmada Rocío, quien pasa sus noches en la residencia para madres con bebés en Neonatología, en el mismo nosocomio, ya que cada tres horas debe alimentarla. También le cambia los pañales y le mide la temperatura.

“Tantos días acá dan ganas de estar en casa. Espero para el Día de la Madre que así sea así festejamos con la familia”.

¡Es un varón!

María Emilia Ferreyra (20) es de San Francisco. También pasa sus días en Neonatología desde que llegó Katriel, su segundo hijo, el último martes 8 de octubre.

Celebrar ser madres en la Neo del hospital

La rutina no es nueva para Emilia, mamá de una nena de 4 años que al nacer también estuvo un día en la incubadora.

Madre de una niña, la llegada del varón era muy ansiada. “Quién iba a decir que después de tanto que quería la nena tuve la nena, y ahora que quería el varón tuve el varón”, comentó entre risas.

Katriel también tenía urgencia por conocer este mundo: “Tenía fecha para noviembre y rompí bolsa antes. Fue por cesárea”, aclaró la mujer.

Dada de alta, la mamá también pasa sus horas en la residencia, a donde la visitan su madre, su abuela y el papá del bebé, entre otros familiares, para ayudarla con sus cosas.

“A lo mejor el sábado (por hoy) ya me voy”, expresó ilusionada y aclaró que restan de hacerle algunos estudios médicos a su bebé, que ya pesa 2.450 kilos, y colocarle las vacunas.

Los “mellis”

Belén Fenoglio (31), también de la ciudad, agrandó su familia con la llegada de Bautista y Jazmín. Fue a través del parto natural el lunes 7 de octubre. Con los “mellis” y Benjamín (6), ya son tres los niños en la familia.

Celebrar ser madres en la Neo del hospital

“No me lo esperaba”, aseguró Belén, que reveló que tras la noticia del doble embarazo comenzó a buscar antecedentes en la familia: “Ni pensábamos en eso. Recién ahora, charlando con tíos, empezamos a darnos cuenta. Yo me preguntaba ‘de dónde vienen los mellizos’ y sí, hay antecedentes pero muy lejanos”.

La noticia los puso muy felices. “En la primera ecografía me enteré de sopetón. Fui a hacerme la eco, queríamos un hermanito para Benjamín y fue así. Así que feliz, porque mi hijo quería el nene y nosotros la nena, porque no teníamos”, explicó.

Al referirse a sus mellizos, afirmó: “Son hermosos. Ya en la panza Bautista era más tranquilito, porque ya los había ubicado cuando me dijeron cuál era el nene y cuál la nena. Y  Jazmín pateaba, era eléctrica”.

Celebrar ser madres en la Neo del hospital

Por estos días, Belén se reparte entre sus mellizos y su hijo más grande: “A la mañana, como tengo mi otro nene que me necesita, le doy de amamantar a los mellizos y me voy con él a desayunar. Después vuelvo, y sé volver a almorzar con él. Después me vengo al hospital y ya me quedo acá. Él (por su hijo) y el papá vienen después de la escuela”.

La mamá también espera que sus hijos puedan aumentar de peso para regresar a casa. “Tenemos que esperar que aumenten de peso. Jazmín no llegó a los dos kilos, Bautista sí. Fueron prematuros. Faltaban dos semanas. Me habían dicho que se me iban a adelantar. Igual con Benjamín se adelantó un mes. Podía pasar”, comentó.

Belén destacó las comodidades del nosocomio y el trato recibido: “Hace mucho tiempo mi cuñada había tenido a mi sobrinita, hará unos 15 años, y no había neo, tuvo que irse a Córdoba. Ahora doy gracias que está todo acá. Es hermoso, las enfermeras me ayudan porque ¡imaginate con dos! Siempre están ahí pendientes”, cerró.

La "neo", un espacio amigable para mamás y bebés

Mónica Macello (MP 19077/8), jefa del Servicio de Pediatría y Neonatología del Hospital J. B. Iturraspe, explicó cómo es el trabajo en el lugar. 

"El Hospital Iturraspe adhiere al Programa de UNICEF 'Maternidad Segura Centrada en la Familia' con un enfoque intercultural y desde una perspectiva de derechos. Desde esa perspectiva la familia asume un rol protagónico en el cuidado de su hijo. Cuando el bebé nace en buen estado de salud, pasa junto a su madre al área de internación conjunta. En esa área se trata de estimular la participación del padre y la familia en la atención de ese recién nacido. Ese período en el cual se construye el vínculo entre la madre y el niño se fomenta la lactancia materna y se hace educación para la salud que repercutirá durante toda su vida", explicó.

Sin embargó, dijo: "Cuando el bebé debe ingresar a la neo, se generan los medios necesarios para que la madre permanezca permanentemente al lado de su hijo. En ese caso la mamá ingresa a la residencia de madres que va a ser su hogar durante el período de permanencia de su hijo en servicio de Neonatología. En esa circunstancia comparten vivencias con otras madres que tienen sus niños internados. Aparte de las vivencias que comparten entre madres que están en la misma situación también comparten con el equipo de salud el cuidado de su bebé ya que las madres ingresan a la neo libremente en el horario que ellas quieren y en el horario que el bebé necesita atención, ellas instruidas por las enfermeras, le brindan a sus bebés la atención necesaria. Eso a ellas las involucra y las hace participes fundamentales en la recuperación de ese recién nacido".

La profesional aseguró que muchas veces, el vínculo que generan las mamás entre ellas y con el equipo de salud perdura a través del tiempo: "Aparte de los vínculos personales, ya sea con enfermería, con el médico o con las compañeras que están teniendo la misma vivencia, los niños que han tenido algún problema tienen un seguimiento especial en la red Serenar, que es el Seguimiento de Recién Nacidos de Alto Riesgo. por lo cual su vinculación con la institución sigue por algunos años".

"Basarse en el Programa de 'Maternidad Segura Centrada en la Familia' implica justamente ejercer prácticas seguras para la madre y el niño desde una perspectiva de derechos basándonos en la ley del parto respetado que ya data del 2004 y centrada en la familia, o sea que la familia es la gran protagonista en el momento del nacimiento y de la atención del recién nacido", sumó la profesional.

Acto seguido sostuvo: "Recordemos que el nacimiento antes se producía en la privacidad del hogar, asistido por una matrona. A fines del siglo XIX y principios del siglo XX fue que el parto se institucionalizó para disminuir las muertes maternas y neonatales. Dado que el nacimiento de un niño no es un hecho patológico sino un hecho fisiológico y natural se trata, al institucionalizarlo, de dar un marco de seguridad, de poder afrontar todas las dificultades que pudieran surgir y las complicaciones. En un hecho fisiológico pero asimismo se trata de conservar ese ambiente familiar y de privacidad que debe rodear el nacimiento de un hijo, sabiendo que lo más importante en la vida de una familia es justamente la llegada de un recién nacido".

"Las mamás, estando en la residencia, reciben toda la atención necesaria, por ejemplo si necesitan hacer alguna consulta con Salud Mental, porque la situación de un bebé en neo puede generar incertidumbre o angustia. También existen grupos de voluntarios, como las Mamás Canguritos, que son mamás que han tenido experiencias en tener bebés en Neonatología y que cuando una mamá demanda el acompañamiento, ellas están presentes así como otros grupos de voluntarios que desempeñan distintas actividades. Otros proveen de ropa y elementos de higiene, como el grupo Lucía. Asimismo, la permanente atención de todo el equipo de salud", finalizó Macello.