El caso de Santiago Maldonado y su búsqueda con perros entrenados para tal fin despertó curiosidad en muchas personas acerca de cómo es el entrenamiento y el trabajo de estos animales.

Desde hace alrededor de tres años en San Francisco existe el Grupo Especial de Búsqueda y Rescate K9, que está a cargo del cabo Leandro Lencina. El grupo forma parte del Departamento de Búsqueda y Rescate K9, de la Federación de Bomberos de la Provincia de Córdoba, y en nuestra ciudad está conformado por ocho personas y cinco perros.

El grupo entrena en nuestra ciudad dos veces por semana y, una vez por mes, viaja a algún lugar determinado de la provincia de Córdoba para entrenar con todos los Grupos de Búsqueda y Rescate K9.

Animales

Los animales, tres perros de raza golden retriever (Daiko, Aaron y Nilo) y dos perros de raza ovejero alemán línea de trabajo (Nico y Zura), están entrenados para distintas funciones.

Uno de ellos fue preparado para buscar cadáveres tanto por vía terrestre como embarcados, mientras que el resto fue entrenado para encontrar personas vivas. Entre estos últimos, tres de ellos son de venteo mientras que uno es de rastro específico.

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Los perros de venteo, a diferencia de los perros de rastreo, no siguen una pista sino que buscan el olor humano en los alrededores. Son capaces de encontrar personas en lugares abiertos, en cualquier tipo de terreno, o en estructuras colapsadas. Por su parte, los perros de rastreo, están preparados para buscar a una persona específica a partir de su olor.                                                                                                 

Entrenamientos

El bombero voluntario Diego Bracamonte, integrante del Grupo Especial de Búsqueda y Rescate K9, explicó que para entrenar a un perro de búsqueda de personas vivas se trabaja con una asociación de olores.

“El perro tiene que asociar un olor específico con algo gratificante. En esto caso el olor específico es el de la persona viva, que difiere de la persona fallecida. El entrenamiento de animales para personas vivas se hace a través de un juego”, explica Bracamonte.

El especialista aclara que es importante, en primer lugar, contar con un perro que manifieste mucho interés por los juguetes. “En nuestro caso utilizamos una pelota de tenis con una cuerda. Una vez que tenemos un perro con esas características, se le pone una correa, se le pone una persona al frente y empezamos a jugar. La persona, a la que llamamos ‘figurante’ porque figura o simula ser una víctima, interacciona con el perro y le da el juguete. Entonces el perro empieza a asociar a la persona con el juguete”.

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En adiestrador explica que “a lo largo del tiempo hacemos que el perro relacione el olor de la persona con el juguete. Después, nosotros escondemos esa persona en diferentes lugares. Sabe que detrás de su localización va a venir su juguete. El perro primero ve donde se esconde. Pasando el tiempo se lo vamos haciendo más difícil, lo vamos escondiendo en diferentes lugares. El perro pasa a usar solo el olfato y ya no la vista. Se ponen figurantes debajo de escombros, aéreos (por ejemplo arriba de un árbol o un entrepiso) y después a nivel del piso. El perro de venteo busca a cualquier persona, a todas por igual. Él no detecta cuál es la persona perdida”.

Por otra parte, en el caso particular de los perros de rastro específico, Bracamonte revela que “se utiliza una muestra con el olor de la persona que se perdió. Muchas veces cuando se busca una persona no tenemos ni la ropa, ni sabemos quién es, a veces ni sabemos si está en el lugar. Pero cuando tenemos datos fehacientes de las personas, sabemos cuál fue el punto último donde se la visualizó, y conocemos los familiares, conseguimos una prenda, metemos esa prenda dentro de una bolsa, el perro toma ese olor y después empieza a buscar. El rastro tiene que ser fresco”.

Tiempo

El tiempo que le lleva a un perro volverse operativo es relativo. “Tomando un perro desde los 60 días, a los dos años podría estar operativo. Depende de muchos factores”, expresa Bracamonte, quien agrega que “el promedio de operatividad depende de cómo llegue físicamente. Ocho, nueve años, es relativo”.

Razas

“Hay ciertas razas, más que razas hay características comunes que tiene que tener un perro. Ser equilibrado, versátil, ágil, fuerte, tener mucho instinto de presa, tiene que ser un perro sociable, no ser agresivo, no tener miedo”, aclara.

Y detalla que “hay razas que se seleccionan por este tipo de características, por ejemplo los labradores, los golden retriever, los ovejeros alemanes línea de trabajo”.

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Relación

Cada perro trabaja solo con una persona. “Los perros viven con nosotros. Se les da un cuidado especial, se los alimenta, se los baña, se les da atención veterinaria, se los educa”.

Experiencia

Afortunadamente, hasta el momento en nuestra ciudad no se suscitó ninguna situación que requirió la utilización de estos perros.