Ya son cerca de las 6 de la mañana de un domingo y las luces de un local nocturno se prenden de manera abrupta. La música deja de aturdir y aparecen unos diez hombres vestidos de azul que le ponen fin a la fiesta.

Desde hace unas semanas la Policía y la Municipalidad agudizaron el control sobre los locales nocturnos. Y en menos de un mes se clausuraron de manera preventiva tres. La principal causa fue la presencia de menores de 18 años que se encontraban alcoholizados. Pero además, en uno de los lugares se detectó que la puerta de emergencia no estaba en funcionamiento.

“Defensa Civil detectó que la salida de emergencia de un lugar se había modificado de acuerdo a la vez que se habilitó, quedó cerrada por lo que un local fue clausurado”, confirmó el secretario de Gobierno del municipio, Miguel Pesce.

Evitar el descontrol

Desde la Policía indicaron a El Periódico que el fin de estos controles es que se cumpla la ley y evitar el descontrol de los jóvenes a la salida de los boliches. También apelaron a la responsabilidad de los padres cuando se trata de menores de edad, y de los propietarios de los locales.

La ley en algunos casos puede parecer tramposa porque hay locales nocturnos que están autorizados para recibir a menores de 16 años en adelante, aunque no pueden venderles alcohol ni dejarlos entrar si en la “previa” estuvieron bebiendo.

Según pudo conocer este medio, el Juzgado Municipal de Faltas pidió mayor rigurosidad en los controles con la intención de evitar accidentes de tránsito, peleas entre adolescentes y cualquier otro descontrol en la vía pública cuando la noche se termina.

Del boliche a la comisaría y luego a casa

Los menores alcoholizados levantados por la Policía son llevados a la Jefatura policial, donde se les detecta el grado de alcohol en sangre y luego se llama a sus padres para que los retiren.

El fin de semana pasado los uniformados llegaron a un local de calle Caseros y aguaron una fiesta donde había ocho menores de edad. La Policía se enteró a través de la difusión en redes sociales. El local luego fue clausurado.

“Cualquier boliche con esta situación se clausura”, afirmó tajante el comisario Marcelo Bertello, asegurando que este tipo de controles serán frecuentes.

Es por ello que cada viernes y sábado, además del control municipal, tres efectivos policiales de minoridad se disponen dentro de los locales nocturnos para evitar que menores entren y consuman alcohol.

En total se controlan alrededor de diez locales los fines de semana. Según Pesce no es que haya más sitios nocturnos que antes, sino que muchos van cambiando de nombre y de lugar.