Al parecer, no sería inminente una decisión del Vaticano sobre el futuro del obispo de Moreno-Merlo, Fernando Bargalló, envuelto en un escándalo a raíz de la salida a la luz de imágenes comprometedoras junto a una mujer, durante unas vacaciones que ambos trasncurrieron en una exclusiva playa de México, en enero de 2011.

Padre Federico Lombardi, el afable jesuita que es director de la Sala de Prensa de la Santa Sede, ante una consulta de La Nación, ayer prefirió el silencio. "No tengo nada para comentar", dijo Lombardi, en una fórmula que suele utilizarse en el Vaticano cuando un asunto es candente.

Pero una fuente vaticana que pidió el anonimato explicó que la remoción del obispo argentino por parte del Papa -el único que nombra y remueve obispos-, sólo ocurrirá una vez que concluya la correspondiente investigación sobre su caso.

"La Iglesia se toma sus tiempos, el acusado dio su versión y ahora hay que averiguar", indicó la fuente, por supuesto anónima en tiempos de Vatielaks (una inédita filtración de documentos reservados a la prensa).

Sobre el "dossier Bargalló" trabajan por un lado la nunciatura -la embajada del Vaticano en Buenos Aires- que lidera monseñor Emil Paul Tscherrug, un suizo, y la Conferencia Episcopal Argentina (CEA), presidida por monseñor José María Arancedo, un canonista que está al tanto de todo. Al parecer, tanto en la nunciatura como en la CEA cayó bien la declaración realizada hace unos días por el obispo Bargalló, que es también presidente del Consejo de Pastoral Social-Cáritas para la Región América Latina y el Caribe. Por otra parte, hay conciencia de que este obispo, de 59 años, tenía una pésima relación con el intendente de Merlo, Raúl Othacehé.

"La Iglesia se toma sus tiempos; el acusado dio su versión y ahora hay que averiguar", indicó la fuente.

En la declaración de hace unos días, cuando salieron a la luz las fotos que lo retrataban en el mar, abrazado de una mujer, Bargalló dijo que se trataba de "una amiga de la infancia", reconoció "imprudencia por una situación que pueda dar lugar a malas interpretaciones" y aseguró estar "totalmente comprometido con Dios y con la Iglesia".