Un informe elaborado por la Asociación Argentina de Consorcios Regionales de Experimentación Agrícola (CREA) señaló que "la situación de la olivicultura argentina es crítica en todos los frentes".  "La reducción de las cotizaciones internacionales provocadas por la compleja coyuntura económica que vive Europa generó una caída en el consumo de aceitunas de mesa y de aceite de oliva. También influyen las agresivas ventas de España a Brasil, uno de los principales compradores del producto argentino, y el retraso del tipo de cambio, que resta competitividad a los exportadores argentinos", explicó la entidad.En tanto, CREA recordó que "los precios de exportación mostraron una baja considerable en comparación con años anteriores. Durante la campaña 2011/2012, las aceitunas de mesa se exportaron a un precio FOB promedio de 1427 dólares por tonelada, un 7,5% menos que en el período 2010/2011. A su vez, en 2011 el aceite de oliva se exportó a 2700 dólares por tonelada, lo que constituye el registro más bajo de los últimos ocho años". "La campaña 2011/2012 también estuvo afectada por problemas climáticos que provocaron una merma en los rendimientos de entre el 12 y el 25%, según zonas, respecto del promedio histórico. Es importante aclarar que la industria del olivo exporta la mayoría de su producción y emplea mano de obra de manera intensiva. Actividades como la citricultura, la apicultura y la vitivinicultura, comparten la misma problemática", siguió el informe.Por su parte, el gerente de una empresa olivícola y miembro del CREA Vichigasta de La Rioja, Ricardo Márquez, reconoció que "una gran cantidad de productores abandonó el negocio. “Los grupos CREA hemos perdido miembros que decidieron irse de la actividad porque da resultados de quebranto”, afirmó. “En la Argentina cosechamos aproximadamente unos 80 millones de kilos de aceituna, de las cuales 15 millones se comercializan en el mercado interno y el resto se exporta”, señaló Márquez"."Para Juan Pablo Castellano, miembro del CREA Olivícola San Juan, hay un fuerte impacto en las cadenas productivas del sector: “Hay fincas que dejaron de funcionar y se abandonaron en La Rioja, Catamarca y San Juan”, aseveró. Y añadió: “Los productores que habilitan nuevas tierras se vuelcan al pistacho o al almendro como cultivos alternativos”". Paralelamente, la entidad sostuvo que "la olivicultura es una economía regional que requiere mucha mano de obra a lo largo de su proceso productivo". Según Márquez, “el sector olivícola emplea entre 20.000 y 30.000 trabajadores de manera efectiva y se necesitan más de 1.000.000 de jornales para levantar la cosecha".