A comienzos de enero de 2019, la historia de Héctor Lesta se volvió viral y recibió la atención no solo de vecinos de San Francisco, sino también de entidades solidarias de Córdoba. El joven que ya tiene 20 años padece de hipomelanosis de hito, una enfermedad que le ocasiona retraso mental, convulsiones y discapacidad motriz; por aquella fecha necesitaba una silla de ruedas postural, para evitar desviaciones en su columna.

Tras conocerse, el caso tuvo una gran difusión y muchas personas se ofrecieron a ayudar a Héctor, pero fue la Fundación Un Tatuaje por una Sonrisa la que concretó el anhelado sueño de la familia. A los pocos días, Juan Pablo Rodríguez, presidente de la Fundación, se contactó con El Periódico y con la familia para hacer entrega de la silla.

Pasó más de un año de aquella gran demostración de solidaridad pero Héctor tuvo otras complicaciones y para su familia la lucha aún continúa para que el joven salga adelante. Mabel Zabala, mamá de Héctor, dialogó con nuestro medio y se refirió a los distintos avatares que tuvieron que atravesar con su hijo.

Complicaciones

“A Héctor lo ayudó mucho la silla para mejorar su postura al sentarse, se estaba arqueando su columna y esto le posibilitó sentarse derecho. Él está muy contento con su silla. Pudimos sacarlo a pasear por el barrio y a tomar la merienda en el patio, para nosotros fue una ayuda muy grande y para él la posibilidad de salir un poco más para conectarse con el mundo”, comenzó diciendo  Mabel.

A un año de recibir su silla postural, ¿cómo sigue la vida de Héctor Lesta?

Sin embargo, al poco tiempo comenzaron las complicaciones en la salud del joven. “Había dejado de comer y no podíamos determinar un diagnóstico, los análisis le daban normal, pero logramos sacarlo adelante con vitaminas y comidas especiales más su medicación”.

A esto se suman las convulsiones que son una constante en la vida del chico, pese a estar medicado. “Hay semanas que las pasa bien y no tiene ningún episodio, pero hay otras que le agarra todas las noches”, sostuvo la mujer.

Mejora

Desde hace unos días Héctor mostró una leve mejoría en su salud y recuperó algo del peso perdido. Según la mamá llegó a pesar 28 kilos.

Para este año, la familia se propuso poder llevar a Héctor al Cottolengo Don Orione para que pase allí algunas tardes y tenga algo más de estimulación social y corporal. “Él está siempre con nosotros. Cuando era más chico lo podía llevar en bici a Apadim y cuando lo podía pagar iba a un centro de recuperación. Pero cuando pegó el estirón se me hizo todo muy difícil y tampoco podía pagar un remis”, comentó.

“Me gustaría que pueda ir al Cottolengo, que pueda despegarse un poco de la familia y pueda interactuar con otras personas”, explicó Mabel.

Necesidades

Para Héctor y su familia cualquier tipo de ayuda es bienvenida. “Los pañales siempre son una necesidad así como las vitaminas y la leche especial que toma”, admitió la madre.

Aquellos que quieran colaborar con la familia pueden comunicarse al 3564 67 5269.