1- Apagá el piloto de los calefactores. Si los mantenés encendidos gastarás el equivalente al 5% del total del consumo de tu casa.

2- Calefaccioná sólo los ambientes que utilices, y encendé los calefactores de las piezas recién antes de acostarte.

3- No exageres con la temperatura. Un valor razonable es de 20°. Tenés en cuenta que si bajás la temperatura 1º, podés ahorrar hasta un 10% en el gasto del calefactor.

4- Si tenés termostato en los aparatos, usalos para regular la temperatura de los ambientes. Si no, reducí la llama al mínimo o poné el aparato en piloto.

5- Utilizá solo agua caliente cuando la necesites. Regulá el calefón o el termotanque a la temperatura mínima. Podés lavar los platos con agua caliente y enjuagarlos con agua fría.

6- El termotanque consume mucho más gas que el calefón, ya que mantiene el agua caliente todo el tiempo. Lo mejor es tenerlo bien aislado para que no pierda temperatura.

7- Cuando cocines, usá la hornalla adecuada al tamaño del recipiente. Si la llama sobresale por fuera, estás desperdiciando calor.

8- No uses el horno para calentar la casa. Es muy ineficiente y también peligroso.

9- Revisá los burletes de puertas y ventanas, para que no entren chifletes de aire. De esa manera usarás menos calefacción.

10- Cuando una habitación ya esté calefaccionada, bajá al mínimo el calefactor y cerrá las puertas para mantener el calor.