Tal es así, que en las escuelas se busca cumplir con el objetivo de brindar a los ingresantes un primer conjunto de herramientas mínimas que les permitan afrontar el nuevo desafío.

Este breve lapso de tiempo constituye una unidad pedagógica que promueve el inicio de la formación integral, buscando generar autoconfianza.

Se pretende también desarrollar placenteramente el primer contacto con la etapa escolar que se enfrenta.

Juego e integración

El juego se utiliza como herramienta principal, dado que involucra lo cognitivo, expresivo, afectivo, ético, motriz y social. En esta instancia, la participación familiar resulta un factor determinante, desde el compromiso y la comunicación.

Favorecer este proceso de integración implica para el docente conocer, prevenir y atender las necesidades futuras del aprendizaje.

Es decir, que este proceso se constituye en una oportunidad para habilitar relaciones de confianza y cooperación, creando vínculos educativos basados en  la afirmación de saberes y experiencias.

Para que esta instancia cometa con el propósito, desde Aula Abierta resaltamos que:

  • Se debe comprometer a la totalidad de la comunidad educativa
  • Es importante que se constituya como una instancia planificada e implementada con compromiso.
  • Tiene que servir como un momento de encuentro para iniciar vínculos.
  • Requiere de la intencionalidad docente, para que resulte un espacio significativo de intercambio.
  • Brinda la oportunidad de acercamiento familiar a la propuesta pedagógica institucional, si la gestión directiva la aproxima.
  • El contexto de acción debe trascender las aulas.