Un grupo de médicos de nuestra ciudad buscó a mediados de los años ´60 la forma de dar respuesta a las necesidades de una franja de la sociedad que no podía acceder a una cobertura médica, que por ese entonces gozaban quienes podían pagar altas sumas de dinero. Así nació la mutual Cami Salud en San Francisco el 6 de junio de 1966.

Esa franja estaba compuesta por pequeños comerciantes, cuentapropistas e independientes y/o familias en general que necesitaban estar cubiertos ante cualquier contingencia en su salud.

Cami Salud se distinguió en sus inicios por el sentido solidario y el trato personalizado hacia sus afiliados y rápidamente se convirtió en una empresa referente de calidad, integridad y servicio en el este provincial.

Luego de 50 años de trabajo y presencia en la ciudad, la firma local continúa afianzándose: “Cami es una empresa con un calor humano muy importante”, afirmó Jorge Pedro Chiavassa, gerente de Cami Salud, en una entrevista con El Periódico.

¿Cómo reciben este nuevo aniversario, el número 50?

Llega en un momento muy importante en la vida de Cami porque se está en una situación privilegiada, con una empresa consolidada, trabajando con capital propio, con una muy buena relación con los prestadores. Además tenemos un cupo de 8 mil afiliados. En toda esta semana de celebraciones hicimos la misma reflexión: ¿qué pensaron nuestros fundadores cuando crearon a Cami en el año 66?

¿Fue algo arriesgado para esa época?

Reflexionamos si fue una temeraria decisión o si ellos pensaban que en el tiempo se podía haber proyectado la empresa de la forma en que se proyectó. Agasajamos días atrás a dos de los fundadores que siguen con vida, a ellos le debemos mucho.

¿A través de quién nace la empresa?

Surgió de la iniciativa de un grupo de médicos. Se pensaba en una bolsa de trabajo para los médicos, no eran muchos en esa época, unos treinta; hoy son muchos más. El otro tema era darle a la población de San Francisco la posibilidad de tener una cobertura médica. Así arrancó Cami en el tema de salud, un rubro que no es fácil en el segmento privado.

¿Cuáles son las mayores dificultades?

El crecimiento de la tecnología dentro de la salud es una de ellas. Para acompañar esto deberíamos pasar esos costos de mantenimiento al pago de la cobertura y uno no puede hacerlo así porque si no la gente no podría afrontar la cuota societaria.

Está en nosotros entonces pensar cómo podemos adecuar el producto para que haya cada vez más posibilidades de en la gente de acceder a este plan de cobertura.

¿Qué desafíos tiene Cami Salud a mediano o largo plazo?

En los próximos cinco años queremos que Cami se regionalice, abarcar desde San Francisco hacia el oeste para tener presencia. Hace un par de años abrimos en Córdoba,  con los vértices que son Morteros, Las Varillas y Arroyito, donde ofrecimos nuestra experiencia y nuestro compromiso. Es una tarea que cuesta y lleva su tiempo. En San Francisco todos conocen a Cami y queremos que pase eso en otros lugares.

¿Y en materia de inversiones o servicios?

En este momento lo que es edilicio prácticamente está cubierto. De existir una demanda mayor está la idea de ampliar las instalaciones, de hacer más oficinas porque la estructura comercial se va agrandando. Pero eso va en función de la demanda del afiliado, como por ejemplo fue crear una farmacia que era una necesidad en su momento y que luego inauguramos una segunda. Con la óptica ocurrió lo mismo; la aparición de Ucemed y Hemocen también. Nosotros no somos una fábrica, acá los casos fortuitos aparecen de la noche a la mañana y hay que estar preparados.

¿Cómo define a Cami Salud?

Es una empresa con un calor humano muy importante, que tiene a sus vendedores acá y el afiliado los puede consultar cuando quiera. También están las autoridades en San Francisco y ante cualquier problema tenemos una fácil llegada a ellos y una rápida resolución.