La recolección diferenciada de residuos domiciliarios es todavía una deuda pendiente en San Francisco. Claro que no es algo de este municipio solamente, son varios en el país y la provincia de Córdoba los que a esta altura no pueden solucionar, aunque sea mínimamente, el problema de la basura.

En nuestros hogares no hay separación ni clasificación. En los espacios públicos hubo un intento con la colocación de cestos de tres colores diferentes, pero basta hurgar un poco sobre lo que hay dentro para saber que nadie respeta su función. Tampoco se aclara para qué sirve cada color. En barrio Catedral sí hubo un avance, cuando el centro vecinal decidió poner cestos exclusivos para botellas plásticas.

Si vemos la disposición final nos encontramos con otro problema, ya que no es la más adecuada. Un basural que en alguna oportunidad se convirtió en Relleno Sanitario pero que con los años volvió a su origen y a su desorganización.

Este punto será otra vez un desafío tanto para la empresa Ashira –todo hace suponer que continuará con el servicio cuando en 2020 se deba renovar- como para el gobierno municipal. No será nuevo ya que, en 2011, esta firma, según el pliego, debía presentar una propuesta y la modalidad de instrumentación para la recolección diferenciada de los residuos sólidos urbanos domiciliarios. Pero no se avanzó en estos ocho años. Mientras tanto, en municipios más chicos del departamento San Justo ya es un hecho desde hace varios años. Porteña, Freyre, Las Varillas y Devoto separan la basura. En el caso de la primera lo hace desde 1996.

Reciclado y beneficios

En junio de 1996, el municipio de Porteña comenzó a separar sus residuos. La iniciativa surgió durante la gestión del intendente Adolfo Peretti ante un basural municipal desorganizado con quemas y un impacto ambiental grave.

Más de veinte años pasaron y el sistema sigue intacto, aunque desde el Gobierno municipal reconocen que todavía cuesta convencer a muchos vecinos de la necesidad de separar. Pero lo importante es que logran reducir la cantidad de basura que se genera en el pueblo y eso redunda en beneficios ambientales y económicos.

El servicio lo lleva adelante el municipio, con la división de la localidad –con unos 6500 habitantes- en cuatro partes. Trabajan unas 20 personas. Los lunes, miércoles y viernes, recolectan los residuos orgánicos que tiene como destino el basural donde se los entierra; martes, jueves y sábados se recoge lo inorgánico que tiene destino final un galpón del ferrocarril donde se hace la separación de cartón, plástico, vidrio, aluminio, entre otros, lo que se termina vendiendo.

Según explicó a El Periódico Norberto Rovero, secretario de Servicios Públicos de esa localidad, con la implementación de este sistema se pudo generar mano de obra nueva. El funcionario valoró el trabajo, aseguró que todo el tiempo hay avances, pero reconoció que deben estar “encima” del vecino para que cumpla con su deber: “Es muy difícil, la gente lo hace pero cuesta, hay que estarle muy encima. Hay que hacer campañas en las escuelas, con los scouts, repartir volantes permanentemente. Es fácil de hacer, la basura de cocina en una bolsa y lo otro en un balde y sacarlos los días que corresponde”, sostuvo Rovero.

También Freyre

En la localidad de Freyre también hubo avances en la separación de la basura y reciclado, aunque desde hace dos años. Si bien previo a la inundación sufrida tiempo atrás se llevaba adelante la iniciativa.

Germán Baldo, secretario de Obras y Servicios Públicos de Freyre, aseguró que el 70 por ciento de la población recicla. Contó que lo inorgánico se vende y lo orgánico se entierra, aunque ya proyectan comprar una máquina para realizar compost.

“Empezamos con un diagnóstico hace dos años cuando volvimos a hacerlo. Cada vecino genera entre 800 gramos y un kilo de basura diarios. En base a eso y a la cantidad de habitantes, unos ocho mil, lo armamos”, expresó Baldo. El pueblo se divide en tres sectores, hay un camión más seis carros destinados a la recolección y un compactador.

Respecto a cómo se comportan los vecinos, el funcionario remarcó: “Somos un pueblo chico y está personalizado el tema, hacemos una visita y tratamos de concientizar a quien no separa”. En tanto, vecinos consultados por este medio sostuvieron que se necesita mayor concientización en la localidad y que en los domicilios no todos actúan por igual al momento de separar. También consideraron que la basura es un “problema de años”.

Actualmente en la planta recicladora trabajan seis personas, aunque para Baldo deberían ser más, pero explicó que lo generado hoy con la venta no lo permite. De todos modos, es un proyecto a futuro ampliar la mano de obra previendo el funcionamiento del vertedero regional que se instalará en Porteña: “La Provincia va a hacer un vertedero regional en Porteña y para llevar a basura allí se cobrará por kilo. Entonces si reciclás es un beneficio porque nos va a costar menos. Por eso pensamos ampliar la capacidad de personal para esto”.

El funcionario agregó además que cada seis meses la gente que trabaja en reciclado tiene un reconocimiento económico de acuerdo a la cantidad de dinero recaudado en la venta de plásticos, cartones y demás.

Ya juegan por el nuevo contrato

Sergio Bossio, gerente de Ashira, declaró días atrás que desde la empresa se propuso a la Municipalidad de San Francisco modernizar a futuro el servicio de recolección de residuos a través de la utilización de contenedores que reemplacen los cestos de basura ubicados frente a cada domicilio. En declaraciones a La Voz de San Justo, sostuvo que el sistema puerta a puerta “es antiguo, caro y además requiere de mucha mano de obra".

Desde el municipio confirmaron reuniones informales con Ashira, aunque negaron por el momento la posibilidad de contenedores: “Es aventurado lo que salieron a manifestar, todavía no hubo ningún encuentro formal”, sostuvo a El Periódico una fuente vinculada al gobierno.

Las declaraciones de Bossio no pasaron por alto desde el gremio de los recolectores, el Surrbac. Hugo Cerioli, delegado regional del sindicato, llevó tranquilidad a los trabajadores: “En Córdoba se amenazó con lo mismo, pero nunca despidieron a nadie. Menos en la ciudad de San Francisco, tanto los afiliados a nuestro sindicato como a los demás, el Surrbac los va a defender”, precisó ante la consulta de El Periódico.

Luego manifestó que el sindicato apoya que el servicio mejore, pero criticó a la empresa por no cumplir lo pactado en el pliego firmado en 2011. “Nosotros no negamos que hay que ver el futuro, en Córdoba se está haciendo un programa de contenerización y viene de años. Lo que pasa es que se está por vencer los pliegos, faltan pocos meses y tienen que salir a jugar, esto es como la política”, analizó Cerioli.

El representante de Surrbac en nuestra ciudad resaltó el servicio que se brinda, aunque no coincidió con Bossio sobre su alto costo: “Dice que hay 56 empleados y que la mano de obra es cara. La ciudad tiene unos 70 mil habitantes, hay unos 30 barrios y el 70 por ciento lo hace Ashira. Si le parece caro no tiene idea de lo que habla. Además, los camiones que se usan son del 2010 y no tienen una antigüedad de cuatro años como dicen”.

El “debe” del pliego firmado en 2011

La recolección de residuos en nuestra ciudad se encuentra tercerizada y, desde el año 2000, Ashira brinda este servicio. En enero próximo vencerá el contrato y por lo ya adelantado por su gerente, Sergio Bossio, la idea es seguir. Habrá que ver si alguna otra empresa pugnará por ese lugar. De parte de la población, si bien no hay grandes quejas por el servicio, sí se reconoce que el pliego firmado en 2011 no se cumplió a lo largo de ocho años. 

Una de las cuestiones que quedó en el debe es justamente la separación de residuos y el reciclado. Otros de los puntos que contempla el actual pliego es la instalación progresiva de cestos papeleros en el radio urbano, un total de 496, tarea que debía realizarse en tres etapas, lo que tampoco se cumplió.