Separada y embarazada de dos meses y medio, Evangelina Anderson afirma: “Estoy pasando el peor momento de mi vida. Juro que no me dan las fuerzas”. La declaración, brindada a la revista Gente en una entrevista exclusiva, describe el momento que atraviesa la modelo tras su sorpresivo distanciamiento de Martín Demichelis.

El uso de la palabra “distanciamiento” y no “separación” es porque la propia Evangelina deja la puerta abierta a una reconciliación: “Es raro leer títulos como ‘separados’, porque sobre el fin de mi relación con Martín no hay nada seguro ni determinante (…) Esta es la primera gran crisis que afrontamos (…) Pero nadie dijo ‘basta, nos separamos, se terminó’. Entre nosotros no hay odios ni terceros, ni escándalos imperdonables”, dice en la publicación.

"Nos ahogamos, nos agobiamos. Nos acostumbramos a la dependencia y a la posesión full time".

Entonces, ¿qué fue lo que desató el cimbronazo que puso a la pareja en jaque? “Llegamos a Buenos Aires a fines de mayo y ahí comenzaron los problemas. ‘Me voy con los chicos a jugar a la pelota’; ‘No, quedate conmigo’ o ‘Si vos salís, yo me voy con las chicas a tomar mate’; ‘No, te quedás’; ‘Bueno, pero con ésta podés, con ésta no’; ‘Basta de Play Station, ¡estoy acá!’. Nos ahogamos, nos agobiamos. Como que nos acostumbramos a la dependencia y a la posesión full time. No pudimos manejarlo”, asegura Anderson a Gente.

Además, Eva se ocupa de aclarar que su embarazo, que ya lleva 12 semanas de gestación, fue muy buscado, y la noticia, recibida con mucha alegría el 16 de mayo: “Fuimos los dos al baño. Cuando aparecieron las dos rayitas, él gritó contento: ‘¡Otro varón!’. La emoción nos hizo llorar. Salimos abrazados”.

En la entrevista Anderson cuenta que continúa enviándose mensajes “lindos” con Demichelis y que al momento de firmar el convenio de separación se abrazaron llorando. Ahora, su temor más grande es la soledad: “Tengo miedo de llevar mi embarazo sola. A la primera ecografía me acompañó Martín pero a la segunda fui sólo con Bastian (Demichelis estaba en Miami). Me vi acostada en la camilla y agarrada de su manito. Eso me mató. En ese momento caí que estamos solitos y temí que Martín y yo estemos perdiendo el tiempo. Buscamos tanto este bebé, y todo es tan diferente al embarazo anterior, en el que todo era amor puro…”.