Un vecino de la localidad santafesina de Totoras, Walter Darío Castellani, pasó casi un mes preso en la cárcel de Villa María luego de que una fiscal ordenara su detención alegando su presunta participación en un robo a mano armada en 2019 a un transportista en la localidad cordobesa de Arroyo Algodón, con el que nada tenía que ver. ¿La conexión? Aunque parezca increíble, lo confundieron por el nombre.

Se trata de un insólito caso que combina negligencia por parte de la Justicia, el robo de identidad del que el hombre fue víctima años atrás y una extraña sucesión de hechos a los que fue vinculado sin ni siquiera estar enterado hasta que la Policía le golpeó la puerta de su casa en Totoras el pasado 12 de agosto para llevárselo detenido. Tras ser liberado 28 días después, el 9 de septiembre, fue recibido con aplausos por una gran cantidad de vecinos en su pueblo, ubicado a unos 50 kilómetros al noroeste de Rosario.

Para Castellani, un contador público que trabaja en la sede de Totoras de la cooperativa Agricultores Federados Argentinos, todo transcurría con normalidad un jueves de agosto cuando de pronto se vio encerrado en un patrullero de la Policía de Córdoba que lo llevaba desde su casa hasta la cárcel de Villa María, sin entender por qué y ante la atónita mirada de su esposa y sus hijos. Es más, pese a que los plazos procesales indican que debería ser indagado en unas 48 horas, recién 19 días después de quedar detenido la fiscal Juliana Companys, que tuvo a cargo las decisiones del caso, le tomó declaración y le informó de qué lo acusaban.

Pero Castellani siguió en la cárcel nueve días más, hasta que la jueza de Control María Soledad Dottori ordenó su libertad al revisar la enorme cantidad de pruebas que había aportado su abogado defensor y que habían sido desestimadas por la fiscal. En la resolución de la jueza se pone en evidencia la inexistencia de pruebas que vincularan al hombre con el robo y se resalta que la única conexión que tenía el detenido con el grave hecho por el que era acusado era una firma falsa con su nombre en una multa de la Policía Caminera registrada, para más sorpresas, dos años atrás en otra localidad cordobesa en un auto que no era suyo.

Robo de identidad

Castellani no imaginó que los constantes problemas que venía teniendo desde hace más de dos años por el robo de su identidad para abrir cuentas en Cablevisión, sacar tarjetas de créditos, pedir préstamos en bancos y otros servicios podrían derivar ahora en una situación más grave con la amenaza de pasar años en la cárcel por un robo que no cometió.

No está claro quién ni cómo, pero el 22 de octubre de 2019 alguien recibió una multa de la Policía Caminera mientras circulaba a bordo de un Fiat Cronos color rojo en el kilómetro 266 de la ruta provincial 11, a la altura de Corral de Bustos, y decidió que firmaría el acta de la infracción con el nombre de Walter Castellani, aportando además su número de DNI. Presuntamente, alguien ya le había robado la identidad.

Una semana después, el 29 de octubre, ese vehículo, cuya titular era una mujer de Buenos Aires, aparece vinculado al asalto a un transportista en la localidad de Arroyo Algodón, a quien tres hombres apuntaron con un arma en su camión y lo obligaron a conducir hasta Villa María, para luego robarle dinero en efectivo y el vehículo cargado con ganado, que finalmente fue abandonado en General Deheza. Dos años después, la Justicia aún no pudo esclarecer ese hecho, pero fue en ese momento en que se torció la suerte de Castellani.

La fiscal Juliana Companys sospechó entonces que con esa falsa firma en un auto que no era suyo Castellani tendría que ver con este delito y dos años después decidió detenerlo, para luego indagarlo recién casi 20 días después. Según la resolución de la jueza, la fiscal no tenía una sola prueba más recolectada durante dos años que hiciera suponer su participación en el delito y su vinculación con los otros supuestos autores del hecho.

En la causa consta que la fiscal primero acusó a Castellani de encubrimiento del robo y luego ya directamente de ser uno de los autores del mismo, pese a la insistencia y reiteradas presentaciones de su abogado defensor, Sebastián Elia, para demostrar que se trataba de un error de la Justicia y que su cliente estaba siendo víctima de la usurpación de su identidad.

La resolución subrayó además que a simple vista se evidencia que la firma de Castellani no coincide con la registrada en la multa de la Policía Caminera. También reflejó que los seguimientos policiales a Castellani en Totoras ordenados por la fiscal previos a su detención demostraron que conducía otro automóvil que no tenía que ver con el implicado en el robo. Y finalmente, la jueza describió todas las resoluciones judiciales que el hombre obtuvo previamente al denunciar los numerosos problemas que le había ocasionado la utilización fraudulenta de su identidad: reclamos ante Cablevisión, préstamos por 800 mil pesos ante bancos que jamás solicitó y también una tarjeta de crédito a su nombre que no había pedido.

Por otra parte, la jueza Dottori destacó también una larga lista de notas en apoyo a Castellani mientras estuvo detenido y pidiendo a la fiscal la urgente revisión de su tarea firmadas por entidades de Totoras como el Rotary Club, una iglesia, asociaciones de productores agropecuarios, compañeros de trabajo, instituciones deportivas y sociales, y hasta el intendente de esa localidad; y si bien aclaró que no tienen relevancia para la investigación sí demuestran el arraigo de Castellani en su localidad. Por eso, tras dedicar varios párrafos a señalar los elementos que demostraban que se trataba de un error y la falta de pruebas por parte de la fiscal para ordenar la detención, la jueza concluyó en que no había razones para que siguiera en la cárcel y ordenó su libertad.

Recibido con aplausos

Castellani, una persona muy reconocida por su actividad en la zona de Totoras, arribó a su pueblo el pasado jueves 9 de septiembre por la noche y fue recibido con aplausos por una gran cantidad de vecinos que se hicieron presentes para saludarlo y darle su apoyo.

Así fue recibido Castellani en Totoras.

Una semana después, el 16 de septiembre, Castellani, que prefiere mantener un perfil bajo y no hacer declaraciones, publicó una carta de agradecimiento a los vecinos de su ciudad, reproducida por el medio regional Info+. “Las palabras no alcanzan cuando lo que tenés para decir desborda el alma. En mi nombre y en el de mi familia quiero agradecer a todos y a cada uno por sus gestiones, sus muestras de apoyo, de cariño y de confianza hacia mi persona", expresó en un comunicado a través de las redes sociales.

"Todo eso y el trabajo comprometido de mi abogado, lograron que la Justicia de Córdoba me devuelva la libertad que nunca debí perder. Infinitamente agradecido por todo lo que hicieron por mí. De corazón, gracias", agregó.

A Castellani todavía no le devolvieron ni su teléfono y mucho menos le restituirán los 28 días que estuvo preso. Pero su pesadilla finalmente terminó.