Hace 10 años dos profesoras del Colegio Superior San Martín decidieron llevar al aula una propuesta diferente. La idea era analizar una problemática social, pero que no quedara en un papel, sino que adquiriera valor como producto.

De esa forma nacieron los cortos audiovisuales que se repiten cada ciclo lectivo. Esta vez los protagonistas son los chicos y chicas de 6° Sociales que concurren al turno tarde, la temática que trabajaron coincide con el primer video realizado ya que eligieron la violencia.

La diferencia es que en aquel primer corto se reflejaba como la escuela podía ser un escenario donde confluían los distintos tipos de violencia que existen, acá se abordó un recorte particular vinculado a lo que pasa en la noche y en las salidas al boliche.

Muy entusiasmados por el proyecto que encararon, se tomaron unos minutos para repensarse en este contexto atravesado por la violencia en el que viven. Las salidas nocturnas son un ámbito del que saben y donde pasan mucho tiempo. 

La mayoría de los chicos intenta coronar la noche con una pelea. No es una salida piola sino tienen violencia de por medio, si no se pegaron. Incluso un amigo es más ‘pulenta’ según a cuantas personas les pegó. Eso es lo que vemos”, dijo el director del corto Fabrizio Allende.

Motivación

Las profesoras que los guiaron en este proceso son de Lengua y Tecnologías de la Información y Comunicación (TIC) Juliana Rodríguez y Luciana Ramírez. Ellas son quienes los incentivan a desafiarse a sí mismos y repensarse ante estas problemáticas.

Allende tomó la palabra y dijo cómo comenzó todo. “Nuestro grupo eligió la violencia a partir de lo que pasó con Fernando Báez Sosa, porque pensamos en lo que tuvo que pasar para que se tome conciencia sobre lo que se vive. No se le dio importancia a las peleas en los boliches hasta que alguien murió”.

Lautaro y Walter, víctima y victimario en un flyer del corto.
Lautaro y Walter, víctima y victimario en un flyer del corto.

Todos juntos

Debido a que la propuesta era atractiva, pero demoraría mucho más de lo pensado, todos se unieron bajo la misma producción y trabajaron juntos. Esto coincidieron los chicos “fue beneficioso porque optimizaron el tiempo, recursos y tuvieron el doble de mano de obra”.  

El corto llamado “Efecto dominó”, tiene una duración aproximada de 5 minutos y ahora está en la fase de edición. Una vez que esté listo lo van a exhibir primero en la misma escuela y después quieren convertirlo en un producto que sirva para concientizar.

La historia arranca del final, después vuelve al inicio y ahí se puede conocer cómo desarrollaron el abordaje de la violencia en las salidas nocturnas.

“El nombre surgió porque algo pequeño lleva a algo grande. Le pusimos ese nombre porque a un dominó vos lo ves caído, pero lo que más atrae es la secuencia de verlo caer. Nosotros dejamos que las personas saquen solas las conclusiones mostrándolo, así como que va y viene”, describió Fabrizio a El Periódico.

Miradas

Otro motivo por el que optaron por esa temática fue que son ellos mismos como adolescentes los que vivencian episodios de esta naturaleza. Respecto a cómo suceden contaron: “En un boliche las discusiones pasan mucho por las miradas, después empiezan los empujones y escala hasta cosas peores que los golpes”.

Eso fue lo que quisieron mostrar en su producción, como una simple mirada puede terminar en tragedia y de qué manera esto adquiere el efecto “bola de nieve”.

“No usamos nombres ni hacemos referencias para preservar las identidades, no tener problemas con derechos de autor. Quisimos hacer todo correcto, pero tampoco sin irnos a lo family friendly porque la realidad es que es una historia dura y cruel. Es la realidad que vivimos, a pesar que tenemos 17,18 o 19 años es nuestra realidad, aunque a veces los más grandes no quieren verlo”, aseguró el director del trabajo.