El receso escolar por las vacaciones de invierno quedó atrás y luego de más de un mes con las aulas vacías por las restricciones del Covid-19, esta semana volvieron las clases presenciales en la provincia de Córdoba. El sistema para este semestre volverá a ser bimodal, con una burbuja que asiste a la escuela y otra –en la misma semana- que tiene actividad virtual.

Sin dudas los docentes vuelven a tener un desafío importante por delante para poder avanzar en los contenidos en un escenario que no es el ideal, pero al que debieron acostumbrarse: “El tiempo presente nos obligó a armar una escuela de la cual no había experiencia previa alguna”, resalta Delia Provinciali, secretaria de Educación de la provincia de Córdoba en una entrevista con El Periódico.

La funcionaria valoró el esfuerzo de los docentes y de la familia en todo este tiempo, del nexo creado entre las partes y habló también de los desafíos a corto y mediano plazo que tendrá la escuela.

- ¿Cómo vio la vuelta a clases y qué desafíos se le presentan a los docentes, alumnos y la familia en este segundo semestre?

Fue una vuelta con celebración por el regreso a la presencialidad, si bien sigue siendo de alternancia para poder garantizar los protocolos de cuidados que se exigen para que sea un espacio donde exista el mayor cuidado para nuestros estudiantes y docentes. Volver a fortalecer el vínculo pedagógico tiene un gran valor, sobre todo en este segundo semestre que estamos finalizando la unidad pedagógica 2020-2021, y por lo tanto va a permitir que se ponga el acento en los contenidos y aprendizajes priorizados que se requieren para que los estudiantes puedan aprobar el grado o año correspondiente, con la efectiva certificación de que esos aprendizajes priorizados han sido logrados por nuestros estudiantes.

- ¿Qué papel juega en este punto que menciona la desigualdad que hubo entre aquellos estudiantes que podían acceder a dispositivos digitales y quienes no podían hacerlo?

Sabemos que ha habido condiciones desiguales. La desigualdad social también se traduce en desigualdad educativa. Para esos estudiantes que tuvieron alguna dificultad para sostener los vínculos y las actividades que los docentes proponían para la continuidad pedagógica está previsto que, de no lograrse el 70 por ciento que es el piso mínimo de aprobación en diciembre, tengamos un período de intensificación en ese mes y también en febrero dedicado a los estudiantes cuyo vínculo con la escuela fue de menor intensidad. El objetivo es garantizar esos aprendizajes. Además se agregó una hora más de presencia en la escuela y esa hora, por supuesto, es para más presencia y exposición de los estudiantes a las tareas de enseñanza de los docentes, para que puedan afirmar contenidos y aprendizajes indispensables.

- ¿Es alto el porcentaje de alumnos que no pudo seguir con las clases remotas?

Primero reconocemos a los docentes y equipos directivos que con aquellos estudiantes que no tenían acceso a las herramientas tecnológicas se esforzaron para llevarles las actividades en el formato más clásico de la escuela: el papel. Lógicamente estamos hablando de la educación general obligatoria con estudiantes que prefieren la presencia física de un docente que es vital en el acto educativo, con la posibilidad del encuentro que hace que un docente esté atento a las señales que da un estudiante cuando le mira el rostro y sabe si está comprendiendo o no, algo complejo de hacerlo de manera remota. También es un aspecto a valorar el fortalecimiento del vínculo entre escuela y familia, que en prepandemia a veces parecía que entraba en tensión. En estos tiempos se ha fortalecido ese vínculo. 

- Teniendo en cuenta la baja de casos, el avance de la vacunación en docentes y la posibilidad cercana de vacunar a menores de 12 años en adelante: ¿es difícil pensar en una presencialidad plena?

Esa es la máxima aspiración, pero dependemos en el sentido más colaborativo del trabajo con el Ministerio de Salud que nos dirá si estamos en condiciones de presencialidad plena en algún momento o debemos seguir con este formato atendiendo a los indicadores que la provincia cuenta en el momento.

- ¿Con qué escenario cree que se encontrarán a fin de año al momento de evaluar?

Con desempeños diferentes en la trayectoria. Una de las cuestiones centrales es cómo trabajar con la diversidad que existía habitualmente en el aula y que producto de esta situación se agudiza. Los docentes deberán trabajar con esta diversidad atendiéndolos y dándoles oportunidades a todos para que logren los aprendizajes básicos e imprescindibles y llegar al grado o curso superior.

- ¿Y cuál cree que será el impacto a mediano plazo?

Hay dos tiempos para poder analizar la situación, el tiempo presente que nos obligó a armar una escuela de la cual no había experiencia previa y la verdad que el trabajo de nuestras escuelas en 2020 fue sobre la base de no tener nada donde apoyarse. Tampoco habíamos tenido la presencialidad de alternancia, nunca hubo esto en el sistema educativo de Córdoba. Hay aprendizajes que se hicieron atendiendo la emergencia que plantea la pandemia, pero también hay que trabajar en un tiempo fijando metas a mediano plazo y en este sentido la pandemia permitió realizar algunas prácticas que destacamos como importantes. Fíjese un concepto que en general todo el mundo asocia; cuando se habla de evaluación se asocia con la palabra calificar. La nota parece que es lo que define qué aprende y cómo aprende un alumno y en realidad hemos demostrado que evaluar es más complejo.

- ¿Cómo es eso?

Primero se evalúa cómo un alumno aprende. Se puede detectar a tiempo donde él está cometiendo algún tipo de error construyendo el conocimiento y darle el apoyo necesario. Luego se deberá dar cuenta de qué aprendió, lo que llamamos evaluación de resultado y es donde aparece la nota. Estamos cambiando un concepto muy importante, en general hay una concepción que lo que importa es aprobar, pero lo cambiamos y decimos que importa que aprenda y como resultado de eso aprueba. El acento se pone en lo aprendido. Es un aspecto que debe instalarse en el sistema educativo porque ayudan a un estudiante, sobre todo anticipa en aquellos que pueden tener alguna dificultad que el docente pueda intervenir a tiempo.

- ¿La pandemia puso en evidencia también la necesidad de una educación basada en lo digital?

Es otra cosa que la pandemia puso en evidencia, que no estábamos cumpliendo con una nueva alfabetización que se le pide a la escuela que es la digital. Nosotros teníamos muchos docentes capacitados que por ahí no hacían uso de las nuevas tecnologías. Es importante que la escuela enseñe por el valor de lo que esto significa, incentivar la búsqueda de información y la construcción de conocimientos pero también que aparezca la enseñanza sobre la línea de la programación, de lo que es el pensamiento computacional que sin dudas son los nuevos desafíos que van a tener los chicos que viven en este siglo.