Allá por 1985, El Tala rompió los esquemas del básquet local y decidió participar en la Liga Nacional que en aquel entonces daba sus primeros pasos. El "albo" inició su camino desde las etapas de ascenso, logró meterse en la "Zona B" y unos años después consiguió el ascenso al TNA.

Al iniciarse la competencia nacional, los jugadores extranjeros comenzaron a llegar al país con el afán de reforzar y darle un mayor prestigio a los torneos. Ricky Bernard Head fue el primer en llegar a San Francisco y también unos de los primeros en el país.

Head llegó a El Tala con 29 años proveniente de Los Ángeles. Para el club y para la ciudad fue todo un acontecimiento aunque no era un jugador que deslumbraba, pero era llamativo para el público. "Ricky era un pivot pesado, no era un gran jugador, se trajo lo que se podía traer en ese momento, incluso después de él vinieron varios que fueron muy superiores", relató Diego Mare quien era uno de los juveniles del plantel en aquella época.

"Era muy piola, muy educado y eso quizás tapaba un poco lo que era como jugador. Pero fue un experiencia linda para el club y para toda la gente. En aquella época fue un crecimiento importante y un puntapié inicial...", indicó.

La vincha. "Recuerdo que un día jugó con una vincha, le fue bien y después siempre quería usar una vincha. Era increíble", contó entre risas Mare.

Mare también tenía algunos conocimientos de inglés y en varias oportunidades ofició de traductor. "Tenía 15-16 años, pero sí, di una mano con las traducciones en lo que podía", agregó.

"Era muy distinta la comunicación en aquella época y un negro norteamericano jugando al básquet en San Francisco llamaba la atención, le daba otro nivel porque en aquella época no había muchos extranjeros. La gente llenaba la cancha", expresó.

Un gran porte

Por su parte, Hugo Allasino fue compañero de él y también tiene un grato recuerdo de Ricky, aunque señaló que podían haberlo aprovechado más. "Tenía más de 2 metros y tenía una particularidad, tenía poco pelo pero se pasaba un peine especial que él decía que le hacía bien", recordó entre risas.

"Muy buena persona, en lo deportivo no era un gran talento, pero tenia lo que no se consigue habitualmente que era la altura y coincidió en un equipo conmigo, Torossi, Galliano que nos costaba darle la pelota", agregó.

"Corría mucho y tuvo un par de partidos importantes, pero creo que no lo aprovechamos bien porque era la primera experiencia, no se estaba acostumbrado a jugar con gente grande. Fue un proceso muy bueno que nos ayudó a todos a crecer y nos llevamos muy bien", indicó Allasino.

Ricky Head, el primer norteamericano en el básquet de San Francisco

Un ex NBA 

Después llegaron otros, que según contó Mare eran mucho mejores. "En la década del 90 vino Rory White que era el mejor y después fue asistente técnico de Cleveland en la NBA. Cuando vino acá era un ex NBA y tenía una cultura distinta, se notaba mucho la diferencia. Era muy serio, parco, pero un tipazo", señaló.

"Después vino a jugar un Provincial Jared Strode de Tiro Federal de Morteros con el que sigo teniendo contacto y Joseph Johnson", indicó Mare.

"También vino un norteamericano blanco Kevin Hoogland. Era zurdo y jugaba con lentes, muy buen jugador. Recuerdo que cuando se fue me regaló unas zapatillas", contó Mare.

"Otros que vinieron son Chevy Williams y John Jones, estos últimos vivían en antiguo Hotel Fundador. Jones era base. Tenían una condición atlética increíble, recuerdo que Jones llegó de viaje, se bajó del auto y así frío como estaba agarró la pelota e hizo una volcada que quedamos todos con la boca abierta", recordó.

"Fueron lindas épocas y lo mejor es que seguimos teniendo contacto con la mayoría de ellos", concluyó Mare.