Este 22 de abril se celebra el Día del Entrenador de Básquet y en San Francisco muchos DT ha dejado huellas imborrables en las vitrinas de los clubes locales, sin embargo hay otros que no solo lograron campeonatos, sino que también se transformaron en emblemas, por su labor, por su compromiso, por su carácter formativo y el amor por el club del barrio.

Aldo Manzotti encierra, quizás, todos esos detalles porque 44 de sus 61 años los pasó dirigiendo a El Ceibo, club al cual llegó a jugar al básquet cuando tenía apenas 7 años, de la mano de su padre.

Su carrera como DT comenzó casi de casualidad y en aquel momento nunca se imaginó que se terminaría enamorando de un estilo de vida que aún conlleva. "Tenía 17 años y ya jugaba en la primera de El Ceibo, me surge la posibilidad de ir a jugar a Independiente de Balnearia, y el presidente del club Luis Abbá, para que no me vaya me da la categoría escuelita para entrenar. De ahí en adelante no dejé más, fue algo que lo tenía guardado adentro y nunca lo había imaginado y hasta el día de hoy estoy en el mismo club", relató.

"La sensación de comenzar en aquel momento es la misma que siento todavía hoy en el minibasquet. Con 61 años siento la misma pasión y el mismo entusiasmo de ir al club y de reencontrarme con los chicos. Si bien ya no estoy en escuelita, lo vivo, porque voy más temprano a propósito, en ese horario y me sigue encantando trabajar con los chicos de esa edad", explicó.

Jugar y conducir

Al principio, su carrera estaba dividida en su rol como entrenador y como jugador. En esas épocas vivió situaciones insólitas que en la actualidad serían algo ilógicas. "Jugué hasta los 32 años, y de los 17 a esa edad tuve muchas divisiones a cargo. En un momento llegué a dirigir a la categoría de cadetes con chicos que eran compañeros míos en primera", contó Manzotti.

"Después, cuando llegó el momento de dejar de jugar, Abbá me pidió que sea el entrenador de la primera. Ahí empecé a subir a los chicos que tuve desde la escuelita como los mellizos Giampieri, Vignolo, Mancuso, era una camada bárbara", recordó con nostalgia.

"Hoy me pongo a pensar en todo eso y me da una satisfacción enorme porque tuve a Gustavo Rosas, Mati Tomatis, Monina, Fassetta, Oldrino; los tuve a ellos y a sus hijos. Ahora verlo a Oscar Oldrino como presidente me da una gran satisfacción y me llena de orgullo", comentó.

"Con 61 años, siento la misma pasión y el mismo entusiasmo que en aquella época"

Posetto, Peiretti y la "mona" Bertotti

Manzotti contó que los tiempos cambiaron. Que en aquella época no había tantas opciones para capacitarse y formarse como entrenador. "Es lo que hablo siempre con los chicos en el club. En esa época no había los conocimientos y el apoyo que hay hoy para los entrenadores. Como entrenadores tuve a González, a "Pancho" Vega, pero me apoyé mucho en Néstor Possetto y en Juan Peiretti, yo jugué con él en primera y cuando se retiró me dirigió", recordó.

"También la "mona" Roberto Bertotti, que estaba en Alumni, me marcó bastante. Yo teniendo 15-16 años me enfrentaba a él que ya estaba en sus últimos años de jugador", contó Manzotti.

Un agradecido. "Soy un agradecido, a los padres, a los dirigentes, a los chicos y a la familia por el aguante, principalmente a mi señora porque nos pusimos de novio de muy chicos, me acompañó en mi carrera y acompañamos a nuestros hijos, todavía ahora se suma en algún viaje que hacemos", contó con gratitud. 

La cuenta pendiente

Manzotti no tiene grandes deudas con el básquet y por su carácter de formador la única que recuerda la transmite a los más chicos a modo de enseñanza. "Lo único pendiente fue dejar de estudiar. Yo dejé la secundaria y me fui a trabajar con mi viejo, no me gustaba estudiar y eso se los digo siempre a los chicos. Es de lo único que me arrepiento", comentó.

"Al dejar de estudiar tuve que trabajar y no le pude tener las horas de entrenamiento que debería haber tenido. Me quedó esa espina, quizá dónde podría haber llegado si seguía jugando porque estuve en la Selección de San Francisco, en la Selección de Córdoba...", sostuvo.

"En todo lo otro no me arrepiento de nada porque tuve cualquier cantidad de satisfacciones como entrenador. No me puedo quejar", indicó. 

Camadas. "No hay un equipo en particular, tuve muchos planteles que me dieron infinidades de satisfacciones. La época de Matías Tomatis, Gustavo Rosa, Monina, Fassetta, fue extraordinaria y nos cansamos de ganar campeonatos. Después hubo camadas como la de Martín Manzotti, los Giampieri, Vignolo, tuve muchas satisfacciones", contó.

El alumno le ganó al maestro

Manzotti destacó que tuvo la oportunidad de codearse con los mejores entrenadores del país y hasta les ganó un campeonato a sus profesores. "Fue en el Provincial de 1996 con la categoría cadetes de El Ceibo. El Final Four lo jugamos en Oliva, yo era muy jovencito. Recuerdo que en Independiente de Oliva estaba el “Turco” Arduh, en Matienzo Oscar Coronel y en Sparta de Villa María el Gustavo Yañez", señaló.

"Ellos eran los que me tomaban los exámenes para recibirme como entrenador junto a Garrone, Germanetto y Magnano, por eso tuve la surte de codearme con los mejores entrenadores del país", mencionó.

"Ese Final Four lo ganamos en el suplementario a Independiente de Oliva por 92 a 91. Le gané a mis profesores", contó con nostalgia.

Sin Nacional

Manzotti recordó también la vez que no pudo jugar la fase nacional con aquel equipo porque en aquel entonces, la mayoría de los jugadores del plantel, viajaron a Japón con el Colegio San Martín. "Íbamos a jugar en Mar del Plata con Atenas, Peñarol y Boca, pero en esa época la escuela San Martín se va a jugar a Japón y ese equipo era la base de El Ceibo, no pudimos jugar la fase nacional", rememoró.

En 1999, el equipo de básquet del Colegio San Martín viajó a Japón como premio tras consagrarse campeón nacional en los juegos intercolegiales por dos años consecutivos. "La base de ese equipo era de El Ceibo", dijo Manzotti.

"Al año siguiente salimos campeones en el Provincial de nuevo, esos chicos siguieron dando satisfacciones porque había un equipazo y ya los tenía en primera: Fernando Mancuso, Nicolás Bertorello, Giampieri, Vignolo, Dona...", indicó.

Un gran grupo

Aldo contó que actualmente se dedica más a la coordinación que a los entrenamientos, pero siempre está pendiente. "Con el grupo que tenemos en El Ceibo venimos trabajando muy bien y desde hace muchos años. Nos llevamos bárbaro, Ignacio Brigatto hace un gran trabajo con la escuelita, Lautaro Oitana con premini y u13, yo les doy una mano también en el minibásquet y soy asistenten de Lautaro en u13", indicó.

"Voy al banco con ellos pero estoy mas encargado de la coordinación. Antes dirigía y coordinaba, ahora solo coordino. Además, les doy una mano a Luciano Mancuso y a Ignacio Correas que tienen de u17 a primera, hago lo que puedo y me gusta mucho ir a la cancha porque juega Gabriel", explicó.

"Es un grupo muy hermoso, vivimos consultándonos, por eso nos llevamos bien", remarcó.