El publico estallo con las palabras del locutor. Y basto con verlos caminar por los pasillos del Orfeo a través de la pantalla gigante, para que la gente agitara sus palmas y pidiera su presencia. No era para menos: David Nalbandian, el maximo ídolo de la historia del tenis cordobés y uno de los mas grandes del país, se despidió del tenis enfrentando a otro grande, Rafael Nadal, el numero uno del mundo. Yvenciéndolo por 6-4 y 7-6 (8-6) enmarcado en un estadio copado por unas 6000 personas que ayer disfrutaron de un partido de excepción para el publico cordobés.

Los ingresos fueron propios de las figuras. Primero fue Rafael Nadal, vestido con remera celeste y short blanco, quien recibió la ovación de la gente. “Es muy lindo para mi estar al lado de un gran amigo y un gran campeón con David. Por eso hay que rendirle homenaje esta noche, es el que se merece de su público”, solicitó el español que anoche gozó de la simpatía del público.

Y mientras se esperaba el ingreso de Nalbandian, la gente empezó a corear el clásico David David, que tantas veces bajó de las tribunas del Buenos Aires Lawn Tennis o el estadio de Parque Roca. Pero ayer fue su públicó el que lo reconoció y le brindó su tributo.

“Es un dia increible para mi, gracias por venir. Es un placer jugar en casa, en una de las ultimas veces que voy a agarrar una raqueta. Es un placer para mí, por mi Córdoba querida…”, dijo emocionado. “Quiero agradecerle a Rafa por venir, es una persona maravillosa. Fue un gran rival y un gran compañero, espero que la gente lo pueda disfrutar”, completó.

Luego, el árbitro Pablo Del Gobbo sorteó el saque con una moneda y también se saco la foto de rigor para semejante situación. Y para completar la escena, ingresaron los balls boys vestidos de rojo con una bandera de missing children, con la leyenda “muchos chicos desaparecen todos los días, ayudemos a encontrarlos”.

El mejor repertorio 
Al inicio del partido el clásico Ole ole ole, David David de tantas series de Copa Davis se hizo escuchar. Y también el Vamos Rafa como para hacer sentir al español como en casa.

Y el libreto del partido no fue menos que los actores y la escenografía. Porque si bien era una exhibición, los dos brindaron parte de su mejor repertorio. El cordobés mostrando una muñeca envidiable, con un slice sutil y un revés paralelo que más de una vez dejó parado al español. Y por el lado de Rafa, ese drive profundo con una aceleración de otro planeta, que terminó arrancando varios uhh de las tribunas.

Así el primer set quedó para el cordobés tras haber quebrado en el séptimo juego (4-3) para terminar cerrándolo por 6-4.

En el segundo set Nadal apretó el acelerador que tiene en su brazo izquierdo y con su drive empezó a mover al cordobés. La estrategia le dio resultado y se puso 4-2. Pero el cordobés volvió a tomar la iniciativa y se recuperó de un 5-6 adverso para forzar el tie-break y ganarlo por 8-6.

Entonces sí la fiesta fue completa. David jugó su despedida y como en la cita bíblica, derrotó a Goliat, el más bravo gladiador del tenis mundial. Hubo cánticos, puntos increíbles, y un Nalbandian que se retiró ganador y frente a su gente. Propio de un Rey, propio de David Nalbandian.