Ricardo Sangoy es un reconocido dirigente del Club Atlético Deportivo Oeste (CADO), actual presidente de la entidad en la que lleva trabajando casi 38 años de su vida. Y aunque piensa dejar la Comisión directiva asegura que seguirá vinculado al club, al que considera “su segunda casa” y por la que pasaron sus hijos y uno de sus nietos.

En medio de la disputa de la 46° edición del Campeonato Nacional de Baby Fútbol, Ricardo camina incansablemente las instalaciones del club para asegurarse de que todo funcione correctamente y que la noche se viva como lo que es, una fiesta para los pequeños jugadores, sus familias y las hinchadas de cada equipo.

“Aunque uno tenga un poco más de experiencia en esto no es fácil porque, aunque parezca mentira siempre hay algo nuevo cada noche”, le dice Sangoy a El Periódico.

El dirigente se muestra conforme con el trabajo realizado en las instalaciones: “Todo eestá n perfectas condiciones pero detrás de esto hay mucho trabajo, mucha gente que colabora y que deja muchas horas de su tiempo para hacer lo mejor por el club”, asegura.

Nacional de Baby: Ricardo Sangoy, una vida dedicada al Deportivo Oeste

Una cancha con su nombre

Durante sus más de tres décadas como dirigente, Sangoy fue en varias oportunidades presidente del club- como en la actualidad- y también de la Liga de Baby Fútbol en dos períodos no consecutivos,

Tanta labor por los más pequeños hizo que en el año 2020, dirigentes y familias del CADO decidieran que el estadio llevara su nombre. Al respecto, sostiene que “fue una cosa que me tomó de sorpresa, no sé si soy merecedor de tanto, soy de los que piensan que los reconocimientos se dan en vida, siempre pensé eso y me tocó a mí, que fue algo muy lindo y grato, por eso estoy siempre agradecido con la gente del club”.

Con respecto a su futuro, expresa: “Tengo pensado que cuando se finalice el mandato de la actual comisión directiva de la Liga no voy a seguir, por supuesto que voy a seguir vinculado a la institución porque es una cosa que uno ama, y el club es mi segunda casa, no lo voy a dejar. Soy de los que piensan que es bueno que se renueve la gente pero también tiene que haber ‘un viejo’ para acompañar y para asesorar”.

Con respecto a los sentimientos por el CADO insiste en que “es mi segunda casa, me han ofrecido ir a otras instituciones y no sé si tengo la capacidad suficiente para estar en otro nivel del fútbol. Pero el Baby me apasiona y lo tomé como una actividad que hay que cumplir y llevarlo adelante con la responsabilidad que se necesita”.

Por último, Sangoy confiesa que más allá de seguir los partidos de los jugadores del club y que se disputan en la sede, se encuentra más pendiente de lo que ocurre en los alrededores de la cancha, “hay que cuidar que todo salga bien y que los chicos y las familias disfruten”, cierra.