A muchas personas les gusta contemplar el agua en su máximo estado de quietud, es en esos momentos en que se vuelve tan transparente y devela sus mejores secretos. Mirar a Malena Santillán afuera de la pileta es casi lo mismo, significa encontrarse con la serenidad de una chica de 15 años que volvió a poner a la natación en el top de los deportes de los que todos hablan en San Francisco.  

Malena encandila a todos con sus avances en el deporte. Viene de competir en el prestigioso tour europeo Mare Nostrum, pero por la poca exposición que tiene fuera de lo deportivo es casi una incógnita saber cómo es de adolescente o estudiante. Su mundo no pasa por las redes sociales o trascender más allá de sus logros deportivos, ella se mantiene firme en sus metas y todo lo otro queda en un segundo plano.

“Yo trato de pensar en mis objetivos, bajar mis marcas y no desviarme tanto con las redes sociales y cosas que consumen bastante atención y tiempo. Siempre pienso en no creérmela, si yo no pongo mi voluntad no voy a poder”, contó a El Periódico.

En relación a las cosas que le gustan destacó la lectura, sobre todo ahora de literatura deportiva; también ver películas y series, escuchar música y ahí es cuando hizo una pausa que tenía cierto dejo de nostalgia: “Sabía tocar el piano y me gustaría retomar. Si no hubiera elegido natación creo que hubiera seguido en el Conservatorio, hubiera seguido con la música”.

Decisiones

Convertirse en una deportista de élite con una gran proyección en su deporte demanda muchas horas de entrenamiento y por este objetivo Malena resignó muchas cosas, pero no los libros. Este año encontró una forma de equilibrar el tiempo y sus estudios para seguir avanzando en el secundario.

Este año arranqué la escuela a distancia para que me facilite el tema del doble turno de entrenamiento. Eso me permite no tener que ir a nadar a las 5 de la mañana que es bastante pesado, así que estoy rindiendo a distancia y bueno, por ahora todo bien”, comentó. 

En su caso está cursando 4° año de la orientación Sociales, tiene 12 materias en el año que deberá rendir de forma presencial. Esta modalidad le resulta más fácil y ágil, así que el balance es positivo: “Fue una decisión difícil porque no iba más a la escuela, pero también pesó que yo quiero hacer esto y hacerlo bien, se volvía pesado tener viajes de 3 semanas y volver teniendo todas pruebas juntas en una semana”.

Malena está enfocada en seguir avanzando como nadadora y su refugio siempre es su casa con la familia.
Malena está enfocada en seguir avanzando como nadadora y su refugio siempre es su casa con la familia.

El aguante

Mientras jugaba con su perrita Nala y contaba de su vida, la joven deportista resaltó el rol que tiene su círculo afectivo que es el que la sostiene, acompaña y alienta. La primera en mencionar fue su mamá Ángela a la que no ve mucho durante el día, no obstante, mantienen una relación muy cercana; los momentos que más aprovechan son las noches cuando se reencuentran para hablar de cualquier cosa.

Otros lugares especiales tienen su tía y sus abuelos, su hermanito pequeño Luka y el entrenador Aníbal Gaviglio. “No hay palabras para explicar lo que realmente son conmigo porque están siempre. Mi entrenador también es un pilar muy importante, gracias a él estoy acá y es parte de todo lo que está pasando”, dijo.

Nada como ninguna

A los 8 años, Malena empezó a nadar y en 2021 hizo un clic su cabeza al entender en un campeonato Sudamericano de Lima que “la natación iba a ser algo importante en su vida”. Aunque parezca lo contrario, no cree que sea tan solitaria la vida de un nadador, disfruta y mide cada momento.

“Acá a la mañana nado sola, entonces sí es un poco más solitario, pero si vos tenés un equipo bien formado no es así, después a la tarde entreno con todos mis compañeros así que no es tan solitario”, afirmó.

La tenacidad la ha llevado a integrar la Selección Argentina y apreciar cada nueva aventura. “Representar al país es totalmente hermoso, es muy lindo poder tener los colores de la bandera, de tener la ropa que dice Argentina y saber que estás apoyando tu país”.

Malena Santillán, la chica que cambió el piano por la natación

Experiencia en Francia

El debut en el Mare Nostrum fue en Canet-En-Roussillon (Francia) donde la joven sanfrancisqueña se metió entre las 8 mejores en las dos pruebas que nadó. En los 800m. libre fue sexta con un tiempo de 8m51s66, mientras que en los 200m. espalda finalizó octava en la Final A con un tiempo de 2m20s76.

Luego en Barcelona quedó con el octavo lugar en los 1500 metros estilo libre con un tiempo de 16:49.34, mejorando lo hecho en el Mundial Juvenil de Perú el año pasado.

Santillán terminó en el tercer escalón de la Final B en 200m. espalda en el marco de la tercera jornada del Mare Nostrum Swim Tour en Mónaco. En su última prueba de 400m. libre terminó en el cuarto puesto en la Final A de Mónaco mejorando los tiempos registrados en Barcelona y Francia.

La sanfrancisqueña accedió a la final en el quinto lugar de la eliminatoria con un tiempo de 4:20.88, para luego marcar 4:17.79 y quedarse con el cuarto lugar de la final mejorando el tiempo hecho en Barcelona (4:21.99) y en Francia (4:21.64).