¿Ya está? ¿ya quedó atrás el sabor amargo de la eliminación temprana?

Sí, pero cada vez que me pongo pensar me pongo mal, porque me agarra impotencia. No haber podido jugar los dos partidos más importantes de la temporada, me da más bronca todavía. Es frustrante pero hay que pensar en lo que viene.

¿Tenés ganas de seguir en San Isidro o dependerá de las ofertas que tengas?

En San Isidro me sentí muy cómodo, me trataron muy bien en el club y voy a ver qué hacer, todavía es muy temprano. Voy a ver qué objetivo me pongo este año y después tomaré una decisión. Los dirigentes, compañeros y el entrenador en San Isidro me hicieron sentir muy bien, así que estoy agradecido por eso.

Hay muchas probabilidades que a Osvaldo Arduh se le respete el contrato y siga al frente del equipo, ¿eso influye en tu decisión?

La verdad, como lo dije siempre, Osvaldo me ha enseñado muchas cosas. Me ha corregido errores tontos que yo tenía en mi juego y eso es muy valorable, porque por ahí muchos no te dicen nada. Y en ese sentido me ha dejado enseñanzas. No se le dieron las cosas, como a nosotros, pero creo que es un gran entrenador y creo que si sigue él, el club puede seguir apuntando al ascenso, que creo que será el objetivo para la temporada que viene.

Más allá del análisis del equipo, ¿qué análisis hacés de tu temporada?

Por el único objetivo que bajé de categoría era para ascender con San Isidro a la Liga Nacional, quería poner al equipo de la ciudad lo más alto posible. No se pudo dar, así que el objetivo no se cumplió, en ese es sentido no fue positivo.

Se habló mucho en la ciudad cuando no pudiste jugar los dos últimos juegos ante Echagüe ¿Por qué te quedas afuera?

Está bien, cada uno puede decir lo que quiera, tenía un fuerte dolor en el pecho y no podía respirar, si me hubiese dolido la rodilla me infiltraba, pero no podía respirar. Intenté un millón de maneras: inyecciones, broncodilataciones, y no hubo forma. Eso no quiere decir que si hubiese jugado hubiésemos ganado. Peor, me quedé con una impotencia muy grande por no poder ayudar a mis compañeros dentro de la cancha. Vi cómo todo lo que yo había resignado por ir al club que quería, se iba, y te queda una bronca terrible. Me dolió mucho la eliminación, pero siempre hay revancha.